Niamey, Níger.- La junta militar de Níger anunció la ruptura de los acuerdos militares con Francia, su antigua potencia colonial, cesó a algunos embajadores clave del anterior gobierno y advirtió a la población que vigile a los ejércitos y espías extranjeros. El intento de diálogo de una delegación de un bloque regional se estancó rápidamente.

El anuncio realizado en la televisora pública ayer jueves en la noche agrava el aislamiento posterior al golpe de Estado del que era el último gran socio en materia de seguridad de Estados Unidos y sus aliados en el Sahel, la vasta región al sur del desierto del Sáhara que varios grupos extremistas islámicos han convertido en el centro global del terrorismo.

A falta de dos días para que venza el plazo fijado por el bloque regional de África Occidental para liberar y restituir al presidente, Mohamed Bazoum, o enfrentarse a una posible fuerza, el mandatario señaló en un artículo de opinión en el Washington Post que “Escribo esto como rehén”.

El plazo dado por la Comunidad Económica de Estados de África Occidental, CEDEAO, a los soldados amotinados expira el domingo. Los enviados del bloque llegaron el jueves al país para participar en unas conversaciones que se estancaron rápidamente ante la imposibilidad de reunirse con el líder de la rebelión, el general Abdourahmane Tchiani, o de ir a la capital, Niamey, según una persona al tanto de las conversaciones que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizada a realizar declaraciones.

El anuncio de la junta sembró dudas acerca de cualquier posible acuerdo. Los militares dijeron que daban por finalizado cualquier acuerdo y protocolo militar firmado con Francia y anunció el cese de funciones de los embajadores del país en Francia, Estados Unidos, Togo y la vecina Nigeria, que lidera los esfuerzos de diálogo de la CEDEAO.

“Toda agresión o intento de agresión contra el estado de Níger recibirá una respuesta inmediata sin advertencias”, dijo un vocero de los líderes del golpe, el mayor coronel Amadou Abdramane, con la excepción de Mali, Burkina Faso y Guinea, que han expresado su apoyo al alzamiento. Mali y Burkina Faso han indicado además que una intervención sería una declaración de guerra también contra ellas.

En el artículo, Bazoum afirmó que la situación de seguridad de Níger estaba mejorando antes del alzamiento, al contrario que en las vecinas Mali y Burkina Faso, que están dirigidas por juntas militares, pero apuntó que eso estaba en peligro ya que el país perderá la ayuda de los socios extranjeros y los grupos extremistas aprovecharán la inestabilidad.

“Ahora que lo necesitamos, hago un llamado al gobierno de Estados Unidos y a toda la comunidad internacional para que nos ayuden a restaurar nuestro orden constitucional”, escribió.

Francia tiene un contingente de 1,500 soldados en Níger, que se preveía que pudiese servir como base de sus operaciones antiterroristas ante el aumento del sentimiento antifrancés en otras zonas.

Estados Unidos tiene 1,100 soldados en Níger, así como una base clave de aviones no tripulados, y se muestra reacio a una retirada, especialmente ante la creciente influencia del contratista militar privado ruso Grupo Wagner en el Sahel.

“Estamos siguiendo la situación muy de cerca”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, a reporteros. “Por supuesto, estamos preocupados por la tensión que está surgiendo en la región y, como antes, abogamos por el rápido retorno de esta situación a la vía constitucional sin ningún daño, sin ninguna amenaza (…) a las vidas humanas”.

Gsz

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