Durante los recorridos del Festival de Verano en busca de nuevas aventuras me encontré con un caso muy curioso del que quise platicar. 

Cuando era niña, teníamos que elegir entre pintarte la carita como Spider Man, Batman o alguna princesa, por comer una manzana de caramelo o algodón; para quitarme ‘el gusanito’ recorrí las instalaciones para ver dónde me podrían pintar mi rostro. 

Las opciones eran múltiples: de conejito, un león, algo que no se vea tan rebuscado, pero al ver en la publicidad de la feria, me di cuenta de que yo no tenía que elegir entre comprar alguna botanita o pintar mi rostro, pues había un apartado que decía

“Maquillaje tipo festival” que da entender que es un espacio gratis de 5 a 10 de la noche, como el 80 % de las amenidades que ofertó la feria. 

Una amiga acudió a pintarse en este lugar y me compartió su experiencia. 

Foto: Juanita Crespo.

Resulta que al llegar al lugar, iba con toda la vibra, emocionada por su pintura, pero una chica, revirtió su emoción al decirle que serían 65 pesos por el servicio. 

Mi amiga, por no verse grosera, pagó el servicio que se anuncia en la publicidad del festival vive verano.

Qué pasará cuando un papá lleva a sus hijos con la esperanza de que esto sea una amenidad gratuita y se lleva la sorpresa de que son casi 70 pesos.

El punto no es que cobren, todos merecemos una remuneración por el trabajo, sino que no te digan y te caiga la sorpresa a la mera hora. 

Moraleja, hay que preguntar por si las dudas, o en otro caso, recomendar que le pongan: ‘Actividad con costo de recuperación’, porque no se sabe si la gente -y más los papás en fecha de útiles escolares- traen el dinero justo para estas cosas. 

¡Nos vemos en la feria!

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