El próximo 15 de agosto será la fecha que marque la inauguración de la edición XXII de Macabro Festival Internacional de Cine de Horror de la Ciudad de México. Este es el primer festival de género en nuestro país y desde su inicio en 2002 se convirtió en un referente para los amantes del cine de horror.
Para su celebración número 22 he sido invitado para formar parte del jurado de este importante evento cinematográfico. Específicamente, para la sección de Largometraje Thriller, Sci-Fi y Fantasía Oscura. Esto, es un auténtico deleite para mí.
Macabro, nos demuestra que el género de terror se alza como un pilar que despierta nuestras más profundas emociones y nos sumerge en experiencias a menudo inquietantes y perturbadoras a través de la magia del cine. Imagina entonces, la emoción y el honor de ser invitado a formar parte del jurado en un festival de terror, un evento que celebra y homenajea la cinematografía de género producida en México, Latinoamérica y el resto del mundo.
Uno de los aspectos más apasionantes de este papel es la posibilidad de descubrir nuevas voces en el mundo del cine de género. A menudo los festivales de cine de terror son un trampolín para cineastas emergentes que presentan en la pantalla sus visiones únicas y creativas. Como miembro del jurado se tiene el honor de ser testigo de estas propuestas frescas y originales, y de reconocer el talento que podría moldear el futuro de este complejo espacio cinematográfico.
El cine de terror, el de ciencia ficción, el de la fantasía oscura, siempre, están en constante evolución. A través del tiempo ha logrado adaptarse a los cambios sociales, tecnológicos y culturales, lo que resulta en una amplia gama de enfoques y subgéneros. Como miembro del jurado se debe apreciar esta diversidad y estar dispuesto a explorar desde las historias con narrativas clásicas hasta los horrores psicológicos modernos, desde el gore visceral hasta los sutiles juegos mentales. Estas historias no necesariamente vienen acompañadas de estruendosos efectos visuales en pantalla, lo cual resulta más atractivo.
Aceptar la invitación para ser parte del jurado en un festival de cine de horror es un compromiso con el cine y la creatividad. Es una oportunidad para celebrar la habilidad de los cineastas de evocar emociones profundas y viscerales en el público. Es un recordatorio de que el cine es más que simples imágenes en movimiento, es una forma de comunicación que nos conecta a través de nuestras emociones más primitivas y humanas. Eso es que lo ofrece Macabro en toda su extensa programación.
Serán 110 títulos en exhibición, tanto en sedes físicas de la Ciudad de México como en espacios virtuales, caso de FilminLatino. Macabro: la gran fiesta del cine de horror, se llevará a cabo del 15 al 27 de agosto. Ahí nos vemos.