La vida, en su infinita sabiduría, nos presenta retos y obstáculos que nos moldean hasta convertirnos en lo que somos. Desde que tengo memoria, tanto en el ámbito privado como en mis inicios en la vida pública, he enfrentado desafíos que pusieron a prueba mi determinación y mi fe en la transformación de México. En cada paso, afortunadamente, siempre conté con el apoyo incondicional de mi familia y de la gente que cree en nuestro proyecto de País.

Desde que me abrí camino en la política, entendí que cada adversidad es una oportunidad para crecer. Luchar por lo que creemos puede ser difícil y agotador, pero en esos momentos de dificultad es cuando se forja el carácter y se descubre la verdadera pasión por servir al pueblo.

La recta final del proceso de elección de quien liderará los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación representa un momento trascendental en nuestra lucha política: es la culminación de años de esfuerzo y dedicación en busca de un país más justo y equitativo. A lo largo de este camino, comprendí que la adversidad no es un obstáculo insuperable, sino una oportunidad para demostrar nuestra determinación y nuestra convicción.

Hoy quiero compartir con ustedes algunas reflexiones acerca de los 70 días de este trayecto enriquecedor y único en el que hemos podido recorrer las geografías de nuestro País, pero también las historias y los anhelos de nuestra gente.

Desde los pasos que dimos en cada reunión y cada asamblea sentí la energía de las personas comprometidas con la reconciliación que estamos construyendo. Esos encuentros me llenaron de fuerza y convicción para enfrentar los retos que se avecinaban en el camino.

Ante las y los habitantes de las alcaldías Azcapotzalco, Milpa Alta, Cuauhtémoc y Álvaro Obregón, en la Ciudad de México, reafirmé mi compromiso de luchar por elevar la calidad de vida de todas las personas, sin excepción. Nuestro propósito es claro y no fallaremos: trabajaremos incansablemente para que cada compatriota pueda disfrutar de un país mejor.

Mis recorridos por el Estado de México, Tamaulipas, Mexicali, Navolato, Mazatlán, Acapulco, Tabasco, Guanajuato, Mérida y mi tierra natal, Zacatecas, entre otras regiones, también me permitieron conectar con la gente libre y digna que anhela un México reconciliado. He sentido su respaldo y confianza en un proyecto que no se amedrenta ante los retos, que avanza con determinación y que trabaja para superar cualquier obstáculo en el camino.

No es la primera vez que recorro el país en busca de un ideal. En dos ocasiones previas: 2006 y 2012, acompañé al Lic. Andrés Manuel López Obrador en su camino hacia la Presidencia de México. Esas experiencias dejaron huellas imborrables en mi visión política. En aquellos años enfrentamos problemáticas profundamente arraigadas en nuestra sociedad, como inseguridad, desigualdad, exclusión y persecución política, pero puedo afirmar que hoy el problema de problemas que padece la nación es la inseguridad, y que es necesaria la revisión de los sistemas de salud y educación, así como del campo mexicano.

Por eso he sido enfático y claro al afirmar que ante las nuevas dinámicas de los grupos delincuenciales es necesario un combate con inteligencia y, sobre todo, acabar con la impunidad de quienes cometen los ilícitos. Es imprescindible atender lo que pasa en todo el País respecto al tema de la procuración y administración de justicia.

Hablamos de delitos que se cometen todos los días y se mantienen en la impunidad, que vulneran los derechos y libertades de las personas y destruyen el tejido social, que es la base de nuestra vida pública y privada. Hoy, en esta recta final, reafirmo mi compromiso para defender que la transformación de México incluya nuevas soluciones a problemáticas viejas en el campo de la educación, la salud y el medio ambiente, entre otros.

A lo largo de mi trayectoria he podido atestiguar también cómo los retos se transforman en oportunidades para construir un mejor País. Mis 43 años de experiencia como servidor público forjaron mi visión de México. Desde mis inicios como gobernador de Zacatecas hasta senador con licencia, construí una trayectoria marcada por el compromiso con el bienestar de la sociedad. Esta experiencia me brinda una comprensión profunda de las necesidades y los desafíos que enfrentamos.

Las problemáticas persisten, sí, pero también nuestro compromiso. La Cuarta Transformación es una realidad que debemos defender y fortalecer. En este momento crucial es fundamental cerrar filas con el presidente Andrés Manuel López Obrador y luchar contra la embestida de los sectores conservadores y los adversarios que se oponen a nuestro proyecto. La unidad es clave para superar los obstáculos y avanzar hacia el México que queremos.

Hoy, en esta recta final, reitero, enfrentamos desafíos nuevos y viejos. Necesitamos soluciones frescas para problemas arraigados. No podemos permitir el regreso de la corrupción y los privilegios que tanto daño hicieron a nuestro país. Seguiré trabajando con determinación para lograr un México donde se fortalezcan la libertad, la justicia y la equidad.

Confío en que nuestro País saldrá adelante, que la esperanza vencerá a la adversidad y que la transformación que soñamos se convertirá en realidad. El desafío es grande, pero nuestra pasión y determinación son aún mayores. Junto a cada mexicana y mexicano que anhela un país más próspero seguiremos adelante con voluntad, unidad y decisión.

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