El 2 de junio de 2024 se llevarán a cabo las elecciones más importantes de la historia de México: afortunadamente y por el bien de México, se elegirá un nuevo presidente, a 128 senadores, 500 diputados, todo el Congreso de la Unión, antes honorable con algunas notabilísimas excepciones, 9 gubernaturas, 31 congresos locales, 1,580 ayuntamientos, 16 alcaldías y 24 juntas municipales. Nuestro futuro se encuentra en grave riesgo si la 4T volviera a ganar la titularidad del Poder Ejecutivo y las mayorías en el congreso federal. Imposible permitirlo. Los hechos trágicos y el proceso involutivo de la nación están a la vista. Desde el 10 de julio de 1910 no nos habíamos enfrentado a un proceso electoral que comprometiera nuestro porvenir. En aquellos años estalló la revolución.
En este crítico momento político, Beatriz compite al lado de Xóchitl, una mexicana de excepción con índices de aceptación popular pocas veces vistos. No hay espacio para errores ni mucho menos para traiciones, cuando nos jugamos el todo por el todo con el Frente Amplio, una gran hazaña electoral lograda gracias a la unión de los partidos políticos y de la sociedad. Se impone un gran rigor ético, además de un escrupuloso amor por México. Es la hora de demostrarlo.
La larga experiencia de Beatriz en el sector público resulta incuestionable, no así su extracción priísta, un severísimo pasivo político detectado a tiempo por el electorado que la ubica, según diversas encuestas, con un bajo porcentaje de preferencias en la oposición.
La historia da cuenta y razón de la trayectoria de los priístas acostumbrados al juego tramposo, al rudo. Los votos de Xóchitl son de la sociedad, mientras que la mayoría de los de Beatriz son del PRI. ¿Cómo fue posible que las mesas de la votación aquella registrara 80,000 votos en tan solo un día, cuando escasamente ha salido de gira, a diferencia de Xóchitl que ha recorrido el país de punta a punta con multitudinarias reuniones sin acarreados?
Alejandro Moreno, ¿habría echado a andar la fraudulenta maquinaria electoral de su partido, de acuerdo con AMLO, para favorecer espuriamente a Beatriz, a sus espaldas y poder escapar así a una posible persecución penal al estilo de los chantajes presidenciales? ¿Sí.? ¿Será? ¿Otro pacto de impunidad? Lo dudo. El PRI gobernaba en 14 estados hasta antes de la llegada de Moreno a la presidencia de su partido, y hoy solo cuenta con 2, sin olvidar el patético desplome de los afiliados al PRI que renunciaron en un vertiginoso 31%, además de los muertos que todavía votaban. ¿Está claro?
Una mujer llegará finalmente la presidencia. Sheinbaum arribará manchada sin haber participado en debates y por medio de encuestas adulteradas, después de haber permitido que su campaña fuera financiada ilícitamente con los ahorros de la nación, pruritos éticos y legales que le tienen sin cuidado. Para ella la ley tampoco es la ley.
Si Beatriz fuera a electa por el Frente, concluiría la coalición política y Xóchitl bien podría llegar a ser la candidata del PAN y del PRD, para competir con el monstruo de Morena, dueño impune del presupuesto federal y amo y señor de 23 gobiernos locales decididos apoyar la ilegalidad a cualquier costo.
Al PRI y al PAN les conviene consolidar al Frente y asegurarse el triunfo electoral de Xóchitl para poder negociar posiciones políticas en el congreso y en el gabinete, objetivo imposible de alcanzar con Sheinbaum. La derrota de la coalición causaría estragos en los partidos políticos y en el país. La desunión es el enemigo a vencer. La popularidad de Xóchitl es avasalladora, de ahí que, conociendo a Beatriz, ésta no continuaría en la contienda ni permitiría, de acuerdo a su sentido del honor, un naufragio de la nación, en uno de los momentos más álgidos de nuestra historia. Beatriz, a sabiendas que no podría ganarle a Sheinbaum, renunciaría a su candidatura al convencerse que las preferencias electorales no la benefician. Lo anterior, con independencia de la decisión que anunciará su partido y no ella. el día de mañana.
La tarea titánica que emprenderá Xóchitl requerirá del apoyo de la mayoría de los mexicanos para que otros 22 millones de compatriotas actualicen su credencial y puedan votar con las mayorías en el 24.
Beatriz, Beatriz, Beatriz, ¿amas más el poder y a tu ego que a México? Di que ¡no!
Gsz