Cedar Key, Florida.- Idalia adquirió fuerza de huracán el martes y se dirigía hacia la costa de Florida en el Golfo de México, mientras las autoridades advertían a los habitantes de zonas vulnerables que empacaran y abandonaran sus viviendas para escapar de la amenaza de fuertes vientos e inundaciones devastadoras.
Idalia avanzaba por el Golfo de México como huracán de categoría 1, pero se tenía previsto que tocara tierra firme el miércoles temprano como un ciclón de categoría 3, con vientos máximos sostenidos de hasta 193 kilómetros por hora (120 millas por hora) en la escasamente poblada región de Big Bend, donde la franja noroeste de Florida se enlaza con la península. El resultado podría ser un duro golpe para un estado que aún tiene que hacer frente a los daños que dejó el huracán Ian el año pasado.
El Servicio Meteorológico Nacional en Tallahassee señaló que Idalia era un “evento sin precedentes” debido a que ningún huracán de categoría 3 o mayor ha pasado nunca por la bahía colindante con la región del Big Bend.
En la isla de Cedar Key, la comisionada Sue Colson y otros funcionarios municipales guardaron documentos y aparatos electrónicos en el Ayuntamiento. Tenía también un mensaje para los casi 900 residentes que estaban bajo órdenes de evacuación obligatoria de la isla cercana a la costa de la región de Big Bend.
“Una palabra: Váyanse”, dijo Colson. “No es algo para discutir”.
Más de una docena de policías estatales fueron puerta por puerta para advertir a los residentes que la marejada ciclónica podría alcanzar los 4,5 metros (15 pies) de altura.
No todos hicieron caso. Andy Bair, propietario del Island Hotel, dijo que tenía la intención de “cuidar” su establecimiento, que es anterior a la Guerra Civil estadounidense. El edificio no se ha inundado en los casi 20 años que lleva siendo su propietario, ni siquiera cuando el huracán Hermine anegó la ciudad en 2016.
“Al ser el encargado del edificio más antiguo de Cedar Key, siento que necesito estar aquí”, indicó Bair. “Hemos demostrado una y otra vez que no vamos a desaparecer. Puede que estemos un poco incómodos durante un par de días, pero al final estaremos bien”.
Se suspendió el cobro de peajes en las autopistas que conducen fuera de la zona de peligro, se abrieron refugios y los hoteles se prepararon para acoger a los evacuados. Más de 30.000 trabajadores de servicios públicos se reunieron para realizar reparaciones lo antes posible tras el paso del huracán. Se activaron unos 5.500 elementos de la Guardia Nacional.
A las 2 de la tarde del martes, hora del este de Estados Unidos, Idalia se ubicaba a 390 kilómetros (240 millas) al sur-suroeste de Tampa y tenía vientos máximos sostenidos de 150 km/h (90 mph), informó el Centro Nacional de Huracanes. Se movía hacia el norte a 24 km/h (15 mph).
Después de tocar tierra en la región de Big Bend, se pronostica que Idalia cruce la península de Florida y luego empape el sur de Georgia y de las Carolinas el jueves. Tanto el gobernador de Georgia, Brian Kemp, como el gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster, anunciaron estados de emergencia, y con ello liberaron recursos y personal estatal, incluidos cientos de elementos de la Guardia Nacional.
JFF