Buñol, España.- Unas 15.000 personas, entre ellas muchos turistas, se arrojaron tomates entre sí el miércoles mientras se desarrollaba la tradicional “Tomatina” en la ciudad de Buñol, en el oriente de España.
Trabajadores en camiones descargaron 120 toneladas de tomates demasiado maduros en la calle principal de la ciudad para la guerra de tomates.
La pelea callejera deja calles, casas y participantes empapados de pulpa roja.
Las entradas para el festival costaron desde 12 euros (13 dólares).
La ciudad limpia el área con mangueras y los juerguistas se duchan a los pocos minutos de terminar la batalla del mediodía, la cual dura una hora.
El festival, que se celebra el último miércoles de agosto, se inspiró en una pelea de comida entre niños en 1945 en la localidad, situada en una región productora de tomates.
La atención de los medios en la década de 1980 lo convirtió en un evento nacional e internacional, que atrajo a participantes de todos los rincones del mundo.
Los participantes utilizan gafas de natación para protegerse los ojos y suelen vestir camisetas y pantalones cortos.
España cataloga la “Tomatina” como atracción turística internacional.
JFF