El miércoles 30 de agosto es el Día Internacional de las Víctimas de las Desapariciones Forzadas. Quizá una de las reivindicaciones más añejas de la izquierda mexicana, ha sido la exigencia de que aparezcan todas las personas de quienes nunca supimos ya; está en las plataformas políticas desde el Partido Comunista Mexicano hasta el PRD, incluso en la formación de MORENA. Maná, el grupo mexicano de rock pop, musicalizó esta realidad en la canción de Rubén Blades “desapariciones”, con historias reales. Entre los desaparecidos, están quienes lucharon por sus ideas y en contra del régimen y de quienes nunca supimos más; los que nunca aparecieron, pero que es muy probable que fueron asesinados por el crimen organizado, todos, en circunstancias que probablemente nunca conoceremos.

La desaparición forzosa es la privación de libertad contra la voluntad de la persona interesada con la participación del crimen organizado o de agentes gubernamentales (al menos indirectamente o por omisión, por la negativa de las autoridades a reconocer el acto de privación de libertad o a revelar la suerte o el paradero de la víctima). En el contexto actual, es el crimen organizado, a diferencia de los casos en las décadas pasadas, donde los motivos eran preponderantemente políticos y donde solamente intervenía el Estado.

Hablar de desaparecidos es algo que no le gusta, le incomoda a AMLO. Sabe que su sexenio es el que acumula ya el mayor número de desapariciones de toda la historia. México superó en mayo del 2022, las 100,000 víctimas acumuladas, de acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas o No Localizadas. Tanto le choca, que lo evade, se burla y también, afirma que son campañas amarillistas o ataques de sus adversarios, pero nunca, acepta esta terrible realidad que a todos nos duele. El registro nacional refleja que -desde el 15 de marzo de 1964 (cuando comenzaron los censos) hasta hoy- se desconoce el paradero de tantas personas; de ellas, cerca del 75% son hombres. Los cinco distritos que registran el mayor número de casos son Jalisco, Tamaulipas, Estado de México, Nuevo León y Veracruz. Más recientemente, entre enero de 2006 y agosto de 2023, se contabilizaron un total de 95.900 personas desaparecidas o no localizadas en México, y más de 50% de los casos se registraron durante el último lustro con AMLO.

A un año de termine la administración de López Obrador, se han rebasado en casi 10 mil personas la cifra de desapariciones de Peña Nieto y duplicado los casos de Calderón. AMLO tiene la obsesión de que, a como dé lugar, su cifra de desaparecidos no sea mayor que la de Calderón (algo imposible de lograr aunque manipule la base de datos) y por otro, la renuncia de la Comisionada Nacional de Búsqueda de Personas, Karla Quintana, que representa un desánimo en la búsqueda y el futuro que enfrentarán los familiares de personas desaparecidas en México, pues con su prestigio y dignidad al renunciar, denunció la presión de AMLO por hacer un nuevo censo y bajar artificialmente, las cifras.

Pero la ONU detectó este intento de cambiar las bases de datos sobre desaparecidos en México tras el anuncio del censo y ha exigido a respetarlo para no “maquillar” cifras. Activistas y familias de víctimas temen que esto se trate de una medida para “rasurar” cifras. La ONU hizo un llamado a las instituciones de seguridad e inteligencia a garantizar el acceso a la información y a preservar la integridad de todos los archivos, registros y bases de datos relacionados con casos de desaparición. La ONU afirma que para identificar y visibilizar las distintas formas de desapariciones que ocurren en el país, así como para establecer estrategias eficientes de búsqueda, investigación, atención a víctimas y erradicación de este flagelo, se deben cuidar los registros.

La opinión pública debe ayudar a visibilizar esta terrible realidad de desapariciones. La cifra oficial de personas desaparecidas en Guanajuato asciende a 2 mil 636, según la Comisión Nacional de Búsqueda. Celaya, León e Irapuato son los municipios más afectados. Los colectivos de búsqueda han aumentado de tres en 2019 a 22 en la actualidad, contribuyendo a visibilizar la problemática. Las desapariciones no deberían existir si reconstruimos este tejido social, tan roto por las enormes inequidades que no podemos desaparecer.

 

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