Había dos procesos en marcha para la elección de candidatos a la Presidencia de la República, pero de los dos que teníamos, ya nomás nos queda uno. La aspirante Beatriz Paredes, del Frente Amplio por México, se tuvo que bajar por convencimiento forzado de su dirigente de partido, Alejandro Moreno.
Parecía que una contienda terminada le daría más representatividad a su otra aspirante, Xóchitl Gálvez, pero, a regañadientes, se quedaron no solo las dos contendientes, sino quienes esperaban votar, y se quedaron con las ganas.
Creo que es importante para todos los electores de un frente u otro, hacer una comparativa de las figuras, de las personas, que están en los procesos porque estamos hablando de quién será el/o la quien dirija los destinos de México.
Según veo y comparto con muchas personas de nuestro estado y País, con quienes tengo contacto, son dos factores que deberá tener esa persona como un verdadero líder político, como un estadista real, capaz de dirigir el País y que lo posicione frente a un mundo cada vez más revolucionado.
Los liderazgos que se van asumiendo en las naciones, de derechas o izquierdas, y los que están en perspectiva, como el caso de nuestro vecino Estados Unidos, y el inminente regreso de Donald Trump al poder, exigen la figura de un líder mexicano más que fuerte.
La capacidad y la experiencia en el ámbito nacional e internacional se dirigen y concentran en la persona de Marcelo Ebrard. En el caso de Morena y sus aliados que compiten por la candidatura, no vemos a alguien con tales tamaños, y menos cuando son capaces de encabezar procesos desaseados, como sinónimo de sucios.
En este cotejo interno, la lucha de Marcelo, y quienes lo apoyamos, ha sido por el derecho a una libre elección que no cayera en prácticas contra las cuales se ha luchado y que caen en la ilegalidad.
No solo el equipo que acompaña a Marcelo ha puesto el dedo en la llaga, sino que los han hecho medios nacionales, como Animal Político y Latinus, con plenas evidencias de acarreos y uso de recursos humanos y materiales en favor de Claudia Sheinbaum y Augusto López.
La justicia y la verdad deberán prevalecer sobre la corrupción y la mentira y esto dependerá de las resoluciones que den tanto la dirigencia de Morena y los tribunales ante los cuales se ha acudido para denunciar.
No veo a ninguno de estos dos contendientes, ni tampoco a la otra persona del FAM, con la capacidad y la experiencia para el máximo cargo político en el País, como es la Presidencia de la República.
En el caso de Xóchitl Gálvez, primero tendría que quitarse el estigma de que detrás de todo el FAM, y de ella misma, está Claudio X. González, y no sabemos qué otros poderes fácticos.
Con respecto a su trayectoria y a su ascendencia social, como dicen en los deportes, especialmente en el futbol, a ella le falta palmarés para aspirar a la máxima magistratura en nuestra nación.
A más de ello, pese a multas, propuestas de planes y programas concretos para los grandes desafíos que tiene México, nadie las hizo a no ser Marcelo, en los temas del combate a la violencia y la inseguridad, en salud, en economía y empleos, en atención y empoderamiento a la mujer, a los jóvenes, a la niñez y a los adultos mayores.
Doña Xóchitl se restó sola el respeto y posible apoyo de los estados del sureste al señalar, de manera explícita, que la gente de allá no tiene la cultura de trabajar ocho horas diarias y, por lo cual, llevar empresas a esa región es menos que costeable, un fracaso.
A diferencia de ella, sectores como el del cuero-calzado están en planes para descentralizar la producción hacia el sureste, con acciones concretas como lo ha expuesto el mismo dirigente de la CICEG, Mauricio Battaglia.
Pero bueno, mientras que este domingo seguramente el FAM presenta a su Coordinadora, el 6 de septiembre próximo Morena dará a conocer los resultados de sus encuestas y, por tanto, quién será su candidato.
LALC