La escultura de Cristo Rey que vela por los guanajuatenses desde lo alto del Cerro del Cubilete pasó por un proceso de mantenimiento este año, el primero que se realiza desde la visita del Papa Benedicto XVI en 2012.

En entrevista para AM, el arquitecto Francisco Alvarado, director del proyecto del mantenimiento, explicó en qué consistieron estos trabajos y las dificultades de realizar una labor de tal magnitud.

Jesús Macía, Rosario Rosas, Eduardo Antonio Chávez, Guillermo Delgado y José Francisco Alvarado.

“En primer lugar es importante comentar que no se trató de una restauración sino de un mantenimiento, pues hay una gran diferencia”, comenzó puntualizando el arquitecto, ya que a la pieza no se le modificó nada de manera estructural.

“Se limpió con una técnica de sandblasting que es arena a presión, una vez limpio se le aplicó un encapsulado con material de alta tecnología para llevar el bronce a su estado natural y se le aplicó una pátina en frío que es el acabado que tiene en el color original de la pieza que es verde”, explicó.

La pieza se recubrió con malla sombra.

Para elegir el tratamiento adecuado para la pieza, el arquitecto y su equipo realizaron una serie de estudios que los llevaron a iniciar una investigación profunda desde el año 2019 y que ahora concluye con los resultados del proyecto.

El primer estudio fue histórico para saber cómo fue construido y concebido el proyecto desde su técnica constructiva y su concepto de diseño.

“El arquitecto que dirigió el proyecto completo en aquella época fue Nicolás Madrigal Piña; el escultor de la pieza Fidias Elizondo, artista plástico y la construcción estuvo a cargo del arquitecto José Carlos Ituarte”, comentó el arquitecto Francisco Alvarado.

El siguiente estudio que tuvo que realizar el equipo fue acerca del mantenimiento realizado en 2012, para determinar los procesos con los que se trabajaría en esta ocasión sin dañar la pieza.

“El tercer estudio fue estructural, para determinar la consolidación de la pieza y se determinó la consolidación de la pieza y del basamento, que es la capilla”, comentó.

José Ignacio Mariscal, Juan Ramírez Montelongo, Claudia Lorena Rizo, Fidel Hernández y Rubén de La Cruz.

“Los especialistas involucrados en todo esto fueron ingenieros, estructuristas, químicos, especialistas en temas de arte y diseño, todos ellos de primer nivel”.

Tras cuatro años de investigación, misma que tuvo que enfrentar el limitado acceso a las bibliografías debido a la pandemia, los estudios fueron revisados por un comité técnico conformado por personas de la iglesia y de la iniciativa privada, además del Municipio de Silao, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).

Directores y artistas trabajando en la mano y brazo de Cristo.

“La idea es que esto pueda concluir en un libro, aún no sabemos cuándo ni cómo, pero que toda esta información pueda presentarse de manera pública con un buen diseño”, dijo el arquitecto.

A 20 metros de altura y contra vientos fuertes

La escultura del Cristo Rey, que fuera inspiración para los versos de José Alfredo Jiménez, mide 20 metros de alto. Esta condición representa un reto en cualquier trabajo de mantenimiento, pero para solucionarlo se aplicaron medidas e instrumentos muy específicos.

“Contratamos andamios estructurados de alta tecnología, no son andamios comunes y corrientes, que se armaron alrededor de la pieza de la escultura sin tocarla. Esto fue maravilloso porque tuvo que ser diseñado por especialistas estructurales para sostener el peso de los andamios y soportar los vientos tan fuertes de allá. 

Directores y artistas trabajando en la mano y brazo de Cristo.

Cubrimos los andamios con una malla sombra color azul para proteger a los trabajadores y todo el entorno, a los visitantes, a los peregrinos y a los que trabajan en el santuario de cualquier contingencia, que pudiera haber salida de materiales o caída de herramientas”, contó Alvarado.

Para el recurso humano también se siguieron especificaciones muy importantes dadas las condiciones del trabajo. 

“Contamos con supervisión por parte de una empresa de seguridad e higiene. Esta empresa checaba el estado de salud de los trabajadores todos los días, principalmente por los temas de presión alta.

La hipertensión es importante porque los trabajos en altura tienen un grado de dificultad importante y la altura afecta. Tuvimos un médico de planta y un supervisor en revisión de equipos de seguridad. Instalamos también un pararrayos para proteger a los trabajadores.

Además de ello, teníamos que lidiar con el viento y la humedad, ya que afecta a los materiales cuando se están aplicando. 

La obra de mantenimiento estaba programada originalmente para 3 meses, sin embargo, el trabajo se ejecutó en 9 semanas porque nos apuraba que ya estaban en puerta las lluvias y trabajar así era muy peligroso”, contó Francisco Alvarado. 

El trabajo devolvió el brillo al bronce del Cristo Rey.

Una técnica especial 

El arquitecto Francisco Alvarado comentó que la familia Mariscal Sertvije, descendiente de Nicolás Mariscal Piña, autor de la obra, eligió a su despacho para realizar el proyecto, ya que son especialistas en la técnica de bronce a la cera perdida. 

 Esta técnica escultórica consiste en un molde en cera donde el artista trabaja el diseño, posteriormente se pasa a un molde que generalmente es de yeso y luego se funde en bronce. Así fue como se realizó la cabeza del Cristo Rey del Cubilete.

“Cuando la cabeza estuvo lista, se fue de peregrinación por todo México para recaudar fondos para el resto de la escultura”, recordó el arquitecto.

Alvarado es hijo de la artista Rosario Rosas, quien está especializada en obra religiosa y muy específicamente en esta técnica, misma con la que ha realizado esculturas como el San Juan Bosco de la glorieta de nuestra ciudad, El RUA que está en el Parque de Innovación de la Universidad La Salle Bajío y el Papa que está en el atrio de la Catedral.

“La iniciativa de hacer las obras de mantenimiento fue de la familia Mariscal Servitje y les gustó nuestra experiencia. Quiero brindarles un agradecimiento muy especial a la familia por considerarnos como despacho, así como a la arquidiócesis de León, que nos brindó un apoyo incondicional”, concluyó el arquitecto. 

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