En realidad Benito Castro se integró a los hermanos Castro, siendo su primo, hijo del Bigotón Castro, actor y comediante. El Bigotón ayudó a sus sobrinos niños que eran originalmente Los Panchitos, los tres hermanitos Arturo, Jorge y Javier. Ya cuando crecieron formaron el grupo músico-vocal muy exitoso integrando a su otro primo, Gualberto. O sea cuatro elementos, y a principios de los años 60 tuvieron éxito por sus arreglos vocales originales y se fueron a Las Vegas, donde empezaron en los bares de los hoteles más concurridos, hasta que tuvieron la oportunidad de ser teloneros de los artistas estrellas del momento en los teatros de los hoteles, gracias a que una noche faltó quien abría un show antes de la estrella del momento, Frank Sinatra, y dijo el productor: “Traigan a ese grupo que canta muy bien ahí en el bar, y que cubra el hueco”.
Ahí inició su éxito y nunca más dejaron ese lugar de teloneros de grandes artistas. Ya que acumularon un buen capital, retornaron a CDMX después de algunos años y grabaron dos discos de gran éxito, construyeron su propio recinto: El Fórum. Su prima Anita Castro, hermana de Benito, y también hija del Bigotón, compañera de muchas penurias en su niñez, ya era su apoderada y representante oficial. Una gran dama a quien también tuve el gusto de conocer, al igual que a todos los demás.
A Benito Castro lo integraron hasta después para conjuntar cinco miembros, por sus dotes de armonía musical y voz tenue y romántica que cubría lo que se denomina una tercera voz intermedia, y mejoró el grupo.
Si ven la película “Mi vida es una canción”, con Angélica María y Enrique Guzmán (1962), cantan Los Castro (Arturo, Javier, Jorge y Gualberto) la canción “Granada” de Agustin Lara, con un arreglo de Arturo y un juego de voces que los haría muy originales. Interpretaron su canción “Yo sin ti” en la película “Matar es fácil” (1966) con Joaquín Cordero, Blanca Sánchez y Pedro Armendáriz Jr. Luego tuvieron arreglos propios a las canciones “Cucurrucucú Paloma”, algunas de José Alfredo Jiménez y un medley del soundtrack del film “West Side Story” en un duelo de voces entre Gualberto y Jorge.
En esa década fueron sus buenos éxitos, hasta llegar a la cúspide en Brasil en el Festival de la Canción en 1971, representando a México con la canción “Y después del amor…” su consagración. Ya para entonces intentaban darle al grupo un estilacho similar al de “Sergio Mendes y su Brasil 66”, que se notó en sus versiones de “Perdiendo la Razón”, “País Tropical” y “Zazueira”.
Todo lo que hicieron después ya no fue igual. Vino una separación algunos años. Luego hacia los 80 volvieron a conjuntarse y ya no fue como antes, separándose para siempre y solo ocasionalmente se juntaban a cantar sus viejos éxitos. Inclusive Jorge, el de la voz más dulce y suave, intentó ser solista y grabó algunos discos y cassettes “casi como prueba”, pero no pegó.
El único fue Gualberto, quien a través de sus participaciones en el Festival de la OTI destacó y fue buen solista, con muchos éxitos: “La Felicidad”, “Que mal amada estás”, “Canta, canta, canta”, “Hasta que vuelvas” y otras. Grabó de todo, hasta la exageración: cumbias y tropical, boleros, muchos boleros, fueron los mejores.