Celaya.- Este domingo, los celayenses experimentaron una sorpresa poco grata al encontrarse con un aumento de un peso en las tarifas del transporte público, un cambio que no fue debidamente anunciado en todas las unidades y que generó confusión entre los usuarios.

El ajuste tarifario, publicado en el Periódico Oficial del Estado, entró en vigor, elevando la tarifa en efectivo de 10 a 11 pesos. Con tarjeta SIBE, el costo pasó de 8.50 a 9.50 pesos para la tarifa general y de 5.50 a 6.50 pesos para la tarifa preferente, aplicable a estudiantes y personas de la tercera edad.

Muchos usuarios se enteraron del incremento solo al ver rótulos y hojas informativas en algunas unidades de transporte, creando situaciones de sorpresa y descontento.

Alejandro Pérez, un usuario del servicio, expresó su desconcierto: “A mí me agarró en curva, no sabía la verdad, muchas personas les pasó lo mismo y hubo cierta confusión cuando le pagaban al chofer”.

La falta de información previa llevó a que se formaran filas más largas de lo habitual para abordar los camiones, ya que muchos pasajeros no estaban preparados para el aumento y tuvieron que buscar el peso extra necesario para cubrir la nueva tarifa.

Carolina Martínez, otra usuaria, criticó la medida señalando que “el servicio sigue dejando qué desear, entonces no se vale”.

En un recorrido realizado por AM por la parada frente al Mercado Hidalgo, uno de los puntos más concurridos de Celaya, se observó que, aunque la mayoría de las unidades de la empresa Atucsa informaban sobre el incremento, otras empresas no habían colocado ningún aviso en sus camiones.

María López, una usuaria que paga con tarjeta SIBE, expresó su preocupación por el impacto económico del aumento: “Un peso se dice poco, pero los sueldos no suben, entonces no rinde el dinero y sí nos afecta”.

Choferes inflexibles con el aumento

A pesar de ser el primer día de la nueva tarifa, los choferes no mostraron flexibilidad con los usuarios desprevenidos, insistiendo en cobrar el peso extra. “Ya subió para todos, desde niños hasta grandes, no se las puedo perdonar”, dijo Jorge, un conductor de camión de zona urbana.

Falta de difusión agrava la situación

La falta de difusión sobre el aumento tarifario exacerbó la confusión y el descontento. El principal punto de recarga de la tarjeta SIBE, ubicado junto a la entrada de la Presidencia, estuvo cerrado sin ningún aviso al respecto.

Además, varias paradas de autobuses en el bulevar Adolfo López Mateos carecían de información sobre el ajuste tarifario.

HEP

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