San Francisco del Rincón, Guanajuato.- Entre llanto, desconsuelo y desmayos, decenas de familiares, conocidos y vecinos dieron el último adiós a Alexander y José, los niños asesinados durante un ataque armado en la colonia Morelos, el domingo 17 de septiembre.
Aunque los cuerpos de ambos niños fueron velados en colonias distintas tanto el lunes como el martes, para la mañana de este miércoles Alexander y José se encontraban en la colonia Morelos, donde sus familiares pasaron los últimos momentos antes de llevarnos a su misa previa a su entierro.
Fue minutos después de las 11 de la mañana cuando los familiares de ambos niños emprendieron un viaje al municipio de Purísima del Rincón, en un contingente conformado por varios vehículos qué sumaban decenas de personas.
Cerca de las 12:10 de la tarde, el contingente llegó al Jardín Principal, donde fueron recibidos por el sacerdote Juan Ernesto Castro Rodríguez, en la entrada a la Parroquia de la Purísima Concepción, donde fue la misa.
Durante el sermón, el padre pidió por las almas de ambos niños, además de transmitir un mensaje de paz, en el cual destacó debe inculcarse a los miembros más jóvenes de la familia, para que puedan “distinguir el bien del mal” y vivir una vida tranquila y segura.
“¿Qué palabra podemos tener ante este acontecimiento?, la palabra de Dios nos dice de la maravilla de Dios, pero ¿cómo habrá maravillas cuándo se comenten injusticias y violencia?, ese es el problema de los hombres que están alejados de Dios, es lo que debemos transmitir a los niños”, señaló el padre en la homilía.
La misa terminó alrededor de la 1 de la tarde, por lo que los familiares de Alexander y José acompañaron sus cuerpos hasta el Panteón Municipal, ubicado sobre la calle Hermenegildo Bustos, en la zona centro.
Durante el recorrido, los familiares interpretaron cánticos religiosos, además de “echar porras” a ambos niños, mientras que llegados al panteón los dos ataúdes fueron llevados a la capilla, donde sus familiares se despidieron entre llantos de desconsuelo.
Cabe señalar que el dolor fue tanto que uno de los familiares se desmayó, lo que preocupó a quienes se encontraban dentro, aunque luego de algunos intentos lograron que regresara en sí.
Ambos cuerpos de los niños fueron enterrados dentro de la misma capilla, la cual, de acuerdo con versiones de familiares, fue proporcionada por parte de la familia Godínez, la cual prestó su domicilio para velar a Alexander y José en la colonia Morelos.
Tras su entierro, los familiares y amigos aplaudieron como último adiós de los niños, aunque la tristeza continuó presente en los rostros de cada uno de los ciudadanos.
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AM