Quizás, en medio de la violencia y la depredación de nuestro hábitat, el periodismo no sea la manera más profunda o integral de acercarnos al fenómeno humano, individual, sin perder la vista sobre los grandes procesos transnacionales y transculturales de escala global. Y quizás la novela negra o la de no ficción nos permitan acercarnos a la crítica y a la reflexión social desde otros puntos de vista, desde perspectivas que nos ayuden a abrir nuestra mente, a ser más empáticos o escépticos respecto a los grandes estamentos en pugna por los recursos más limitados del planeta.
Litio de Imanol Caneyada es el tipo de textos que acerca al lector a los efectos del fenómeno de la minería en México desde una perspectiva global. Hace tres décadas se descubrieron y comercializaron las primeras aplicaciones de iones de litio para el almacenamiento de electricidad aprovechando su alta densidad energética y su capacidad para ser cargada y descargada sin degradaciones significativas. A partir de entonces y ante la necesidad de avanzar hacia energías energéticas más limpias, la demanda de un elemento relativamente poco común en el ambiente ha disparado sus precios.
La trama discurre paralela a los primeros efectos de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, a finales del 2014, en la sierra de Sonora e involucra, por una parte, a los funcionarios de una minera canadiense ficticia, la Inuit Mining Corporation, a sus representantes diplomáticos. Algo muy lógico si consideramos que de las 301 empresas mineras que obtuvieron más de los 31.000 títulos de concesión otorgados entre 2000 y 2013, 207 pertenecían a este país, que muy bien ha sabido explotar se pertenencia al TLC de América del Norte. La contraparte, por supuesto, la constituyen los rancheros que además de sortear los desórdenes ambientales resultaron poseedores de tierras preñadas de este metal alcalino.
Las vidas y vicisitudes de los ejecutivos, a caballo entre Hermosillo, Montreal y la CDMX, se combinan las de rancheros y agricultores destinados a un despojo bien orquestado que se valdrá de autoridades locales corruptas y grupos de delincuencia organizada. Todo envuelto en el discurso de la inevitabilidad del progreso y las falsas promesas de prosperidad para todos. Caneyada es generoso con los detalles, la carga emotiva de sus personajes y los ambientes envolventes de los atardeceres arrebolados de las montañas o los gélidos bosques aledaños al San Lorenzo. La última vuelta de tuerca hará a más de un lector reflexionar qué tan poderosos pueden ser los poderosos o a quiénes finalmente beneficiarán sus afanes.
Galardonada hace unos meses con el premio Dashiell Hammett de la 36ª edición de la Semana Negra de Gijón, Litio no solo se integra a una tradición de novelística de denuncia, crítica y reflexión, también apuntala obra sólida de un creador consciente de su oficio y de sus implicaciones con la sociedad.
Comentarios a mi correo electrónico: panquevadas@gmail.com