Irapuato, Guanajuato.- Rosalino Vallejo no llegó a su trabajo debido a que su destino fue otro, murió arrollado por un tráiler cuando el hombre de 52 años circulaba en su bicicleta, por el acotamiento de la carretera Abasolo-Irapuato.
Originario de la comunidad Las Cruces y de oficio albañil, Rosalino diario se levantaba muy temprano para almorzar junto a su esposa y sus hijos, y luego salir de su casa para buscar el sustento de su hogar realizando trabajos de albañilería.
Este miércoles, hizo la misma rutina, a las 6:30 de la mañana salió de su casa con las bendiciones de su familia y de Dios, abordó su bicicleta tipo lechera, con su herramienta de trabajo y una bolsa de mandado con su comida.
Circuló primero por caminos de terracería hasta que tomó por el acotamiento de la carretera federal 1110 en dirección de Abasolo hacia Irapuato.
Sin embargo, mientras iba por la orilla del camino, un trailero invadió el acotamiento, prensó con el tráiler a don Rosalino, a quien lamentablemente arrastró por varios metros, pero lejos de detenerse, el responsable siguió su recorrido y escapó.
El hombre quedó en medio del carril de baja velocidad, junto con su bicicleta, pero según testigos, otros tres vehículos le pasaron por encima, hasta que parte de su cuerpo fue resquebrajado.
La bicicleta tipo lechera también quedó destrozada y entre la carretera estaban regados sus zapatos, su bolsa de mano con su comida y su herramienta.
Testigos llamaron al 911 de Seguridad Pública para solicitar ayuda, pero cuando llegaron paramédicos de la Cruz Roja, indicaron que el albañil ya no tenía signos vitales.
Elementos de la Guardia Nacional de la División de Caminos cerraron el carril de baja velocidad en dirección a Irapuato, permitiendo el tránsito únicamente por el de alta, pero aún así se registró circulación lenta y mucho tráfico.
El accidente sucedió minutos antes de las 7 de la mañana, a la altura de la comunidad Santa Elena, frente a la empresa Gillette.
A las 8:30 de la mañana llegaron peritos y agentes ministeriales de la Fiscalía Regional de Irapuato, para llevar a cabo el levantamiento de evidencias y luego, el cuerpo de don Rosalino fue trasladado al anfiteatro del Servicio Médico Forense, para la práctica de la necropsia de ley.
Su esposa, sus hijos y hermanos llegaron al lugar, pero entraron en llanto y en crisis al ver que el hombre de 52 años había muerto. No lo creían.
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AM
