‘He venido portando un ramo de oliva en una mano y un fusil de revolucionario en la otra, no dejen que caiga la oliva de mi mano’.
Yasir Arafat, en la ONU

El ataque inicial de Hamás, el pasado 7 de octubre, contra Israel fue reprobable, pero no surgió de la nada. Las Naciones Unidas y organizaciones de derechos humanos han descrito por décadas de ocupación israelí en Gaza, como una crisis humanitaria para los palestinos que viven allí en condiciones infrahumanas.
Por lo tanto, no se puede entender el profundo problema entre árabes e israelíes sin el contexto histórico del problema, que en el tiempo se fue generado debido a la voraz intromisión de las potencias occidentales en el Oriente Medio. Tampoco, puede omitirse el nombre de Yasir Arafat, terrorista para unos y para otros un ícono de la libertad e identidad palestina. 
Así las cosas, en 1974, en la Asamblea General de la ONU, Yasir Arafat fue recibido con estruendosos aplausos por todos los representantes de las naciones del mundo excepto por Israel, que lo consideró un ultraje. Yasir pronunció su discurso, marmolizado por el tiempo, que quedó grabado en la memoria de la historia y que ahora es más actual que nunca: “He venido portando un ramo de oliva en una mano y un fusil de revolucionario en la otra, no dejen que caiga la oliva de mi mano”.
Pero ¿cuál es el origen de este añejo problema entre árabes e israelíes? Tras la Primera Guerra Mundial (1918) y el desmembramiento del Imperio Otomano, Siria y Líbano quedaron bajo el mandato francés y Palestina, Irak y Jordania, bajo el británico. Engañaron a los árabes, crearon nuevas fronteras e impusieron una geopolítica inoperante. La historia reciente de los palestinos, particularmente desde la década de los cuarenta en adelante, ha estado signada por confrontaciones, segregaciones, hacinamientos y desplazamientos, son apátridas en su misma tierra. 
En noviembre de 1947, la ONU aprobó la división de Palestina en dos estados, uno judío, “reconocido”, sobre el 78 % de la superficie de Palestina y otro árabe, “aun sin pleno reconocimiento”, así como la jurisdicción internacional sobre Jerusalén, que luego convirtieron en capital de Israel. A raíz de todo esto, Palestina ha sido reducida a su mínima expresión, incluyendo la dignidad de los palestinos y dividida en dos territorios separados: la Franja de Gaza y Cisjordania; el resto es territorio israelí que han ido anexando en detrimento palestino.
Pero ¿quién ocupaba la Palestina originalmente? Los judíos hablan de que Palestina es la “tierra prometida” por Yahvé; pero los palestinos dicen que fueron despojados de la tierra que les corresponde por derecho de sangre y antigüedad.
Hasta donde la historia nos lleva de la mano, estos son los hechos: Los pueblos de lengua semita, al que pertenecía Abraham, sin lugar a dudas son descendientes de la segunda migración de África hacia Eurasia alrededor del 3,000 a. de C. Posteriormente, ante el llamado de Yahvé, Abraham toma a su familia y deja Sumeria (Irak) moviéndose hasta Jarán, al sur de la actual Turquía. Luego, prosigue su camino, costeando por el mar Mediterráneo, pasando por todas las grandes ciudades de cananeos, filisteos (palestinos) y fenicios, la tierra de Canaán, lo que luego se llamaría Palestina. 
Cuenta la Biblia que Abraham oyó el llamado de Yahvé que le prometió reiteradamente un territorio propio, “la tierra prometida”, a cambio de una adoración incondicional. Aunque, la promesa sería violatoria de todo derecho, porque Yahvé no debía regalar a los israelitas un territorio, el palestino, que ya tenía dueños, porque sería despojo. 
Otro dato significativo es que Abraham, a la muerte de su esposa Sara, tiene que comprar un terreno: “Yo soy un simple forastero que reside entre vosotros. Véndanme una propiedad sepulcral…” A lo que le respondió Efrón a Abraham: “Págame cuatrocientos siclos de plata por un terreno…”  Así fue cómo la finca de Efrón, que está en la Makpelá, vino a ser propiedad de Abraham. También, tuvo que rentar el jardín de Mamre, un encinar donde vivió Abraham muchos años con su tribu. Las anteriores transacciones económicas son una prueba fehaciente de que la “tierra prometida” ya tenía dueños: los palestinos. Esto ocurrió aproximadamente en el año 1,800 a. de C.
“Jerusalén, tres veces santo, está repleto de cadáveres y de sangre, pero con un don especial: Tres veces bendecido. Dios y César están presentes, lo político y lo sagrado… Cada rezo, cada rito invocará a Jerusalén. El judaísmo seguirá obsesivamente ligado a este espacio minúsculo: La colina del templo. Ahí, la Biblia va a situar la muerte de Adán, el sacrificio de Abraham, la llegada del Mesías, el anuncio del Apocalipsis”: Ikram Antaki. 
Yahvé y las potencias occidentales ofrecieron a los israelíes una tierra que ya tenía dueños y que fueron despojados de su Patria. Pero entonces, históricamente ¿quiénes son los agresores y quienes los agredidos? La violencia es condenable en cualquiera de los hechos, pero las intromisiones de Occidente sobre el Oriente Medio han traído guerras, muertes, hambre y sufrimientos. ¿Usted qué opina?alejandropohls@prodigy.net.mx

 

RAA

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *