Entre las muy numerosas y sorprendentes novedades ahora encontramos ya el arribo de la inteligencia artificial a la creación literaria. ¿Será de esperar que la infinitud de palabras y sus asociaciones, salidas por sí mismas desde la memoria de un ordenador, lleguen a reclamar, con idea de justicia, derechos de autor o provoquen el retorno a la libre manifestación expresiva tal y como se sucedía antes de conocerse la escritura?

Si bien todos aquellos que no alcanzamos a comprender aún como es que la velocidad mecánica ha llegado a dar vida a la meteórica velocidad numérica, tendremos que ir aceptando otra realidad inobjetable: ahora nuestro asombro no tendrá paz entre las agrupaciones que una máquina haga entre letras y palabras para invadir los caminos reales o ficticios apetecidos de la literatura desde el inicio de la humanidad.

El juego no es simple, todos hablamos de que la inteligencia artificial es una gran aliada de saber darle un empleo correcto; sin embargo, las capacidades diversas del intelecto en su gran mayoría y fuera de una muy selecta elite, viven rebasadas por el fenómeno, sin discusión posible alguna. Así, en tiempos de relajamiento y santa paz tendremos la libertad de leer una obra de Kafka paginada o algún impersonal escrito salido de las combinaciones abecedáricas que las virtualidades graciosamente expongan.

El suceso dejará de ser menor cuando los impresos empiecen a no salir y los romanticismos extrañen el pequeño doblez de la página donde fue pausada la lectura de días anteriores, el vistoso separador promocional del librero preferido, la frágil flor opresa y ya deshidratada, el burdo lápiz que se ocupa para rayar lo importante y el anhelado avance sobre el grosor de una obra magna.

Me atrevo a pensar que sobre lo simplemente escuchado viajaremos por el éter sin una nota sólidamente registrable y que nuestra capacidad de aprendizaje caerá en el deterioro propio de un maremágnum informático inmoderado, indolente y hasta insolente. Pero bueno el mundo seguirá su curso y la tecnología encumbrará bajo su amparo a los superdotados y relegará a los que no lo somos. 

Comentarios a: femacswiney@hotmail.com

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