León, Guanajuato.- La tartamudez no se considera una discapacidad; sin embargo, para muchas personas que la padecen y para sus familias, sigue siendo casi un tabú.

“La tartamudez no es un problema ordinario. Pero cuando un niño desarrolla su tartamudez en los primeros años, la mayor parte de las familias lo consideran algo normal”, dijo Leonardo Morales Vázquez, vocero de la Asociación Mexicana de la Tartamudez (AMT).

“Y cuando este empieza a tratar con otro tipo de personas, el propio niño percibe que está hablando diferente y si otras personas le hacen notar que eso es malo o recibe burlas, provoca que rehuya las relaciones sociales y que diseñe distintas formas para no hablar o para que no se note. Ese tabú va a conservarlo hasta que no supere algunos miedos”.

Por eso, cada 22 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Toma de Conciencia de la Tartamudez, con el objetivo de sensibilizar a la población sobre este trastorno del desarrollo de la fluidez del habla.

En México, entre el 1 y el 5 % de la población sufre algún grado de este trastorno, de acuerdo a AMT, que cita cifras del Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía).

Una persona con tartamudez no es igual a otra, hay sus variantes: algunas personas con terapia del lenguaje solucionan su vida mientras que hay otras que por la misma tartamudez requieren ayuda psicológica”.

Leonardo Morales Vázquez, vocero de la Asociación Mexicana de la Tartamudez (AMT).

“Se dificulta recoger los datos porque según no es un problema muy fuerte a nivel social, el Inegi no hace una investigación más profunda. Pero -en cuanto a la proporción- hay una niña con tartamudez por cada tres niños, de acuerdo a la literatura médica”, aseguró Morales Vázquez.

La agrupación, fundada hace más de 13 años, busca apoyar a niños, jóvenes y adultos con problemas de lenguaje y canalizarlos a los especialistas.

Porque aunque la persona quiere expresar sus emociones, sus pensamientos, salir a fiestas y tener una vida plena, el trastorno le impide todo eso con gente fuera de su círculo de confianza.

“En el trasfondo del problema hay un mundo de situaciones muy difíciles que la persona ha tenido que atravesar. Un tartamudo sin una orientación adecuada puede hasta llegar a pensar en el suicidio”, advirtió Leonardo Morales.

El activista celebró que haya cada vez más especialistas en este trastorno en específico y mayor conciencia social.

“Nosotros percibimos un cambio, que está dándose lentamente. Antes la persona con tartamudez no tenía caminos, ahora se empiezan a resolver algunos enigmas. Las redes sociales también les han brindado mayores recursos para que sepan que no están solos”.

Agregó que si otros grupos vulnerables han logrado que la gente los acepte, tarde que temprano las personas con tartamudez van a lograr que eso se acepte como algo natural, pero lo principal parte de la propia persona. 

“Todo inicia con la aceptación: ‘Yo soy tartamudo, quiero hablar perfecto, como cualquier persona, pero si acepto que soy así, ya no me va a angustiar hablar así, va a ser un proceso de recuperación en la comunicación con los otros’”.

Aunque hay un consenso médico de que el trastorno no se cura, él asegura que muchos sí lo han superado.

Mamás, sigan su intuición

Para Carmeluza Patiño, terapista profesional en rehabilitación en el Hospital General Dr. Manuel Gea González, en Ciudad de México, el tartamudeo es un problema de salud pública que por años se ha normalizado y que se deja “al tiempo” que se resuelva solo.

Es un problema porque causa múltiples retrasos en el desarrollo, no solo a nivel comunicacional: un retraso en el lenguaje puede incluso provocar alteraciones en el pensamiento, pues el habla es el resultado del lenguaje interno.

Retraso de habla, retraso de todo

Reconoció que muchas personas ocasionalmente tartamudean, pero que las “muletillas” les ayudan a organizar internamente lo que se quiere decir y superar el bache lingüístico. 

Para alguien con tartamudez, superar ese bache no es tan fácil y no bastan los ejercicios de respiración, se debe conocer su contexto situacional, donde no haya un ambiente de estrés, sino que sea cómodo, armonioso, hasta lúdico, lo que beneficia la fluidez del habla.

Incluso, afirma que para quien tiene un problema muy marcado, existen medicamentos que mejoran la calidad de vida.

Explicó que antes que nada, padres y madres de familia son los principales responsables de estar atentos al desarrollo de su hijo o hija.

 Puedes superarlo hasta que ya no ocasione problemas. Tu meta no debe ser hablar perfecto, nadie lo hace, sino llevar una vida normal y feliz, para lograrlo tal vez te lleve mucho tiempo, pero vale la pena. Siempre habrá burlones, no te debe de importar”.

Carmeluza Patiño

Terapista en rehabilitación, Hospital General Dr. Manuel Gea González, Cdmx

A los dos años la persona ya debe tener ciertas palabras dominadas y expresar un lenguaje “telegráfico” y a los cuatro, debe ser capaz de expresarse con cierta fluidez: contar un cuento, una película, pero si sigue siendo evidente un retraso o balbuceo, no es algo normal, se debe acudir con un especialista.

Esto también aplica cuando el niño o niña cambia el sonido de las palabras.

Si no es corregido a tiempo por todo un equipo interdisciplinario, integral, la organización lingüística de la persona baja y esto puede desembocar en un problema académico (en la lecto escritura) pero también en un problema social, por el aislamiento, la frustración, el acoso escolar y otras conductas perjudiciales.

Lamentó, no obstante, que muchas veces el problema se manifiesta en hogares donde no hay ni siquiera estructura familiar.

Carmeluza Patiño también responsabilizó al personal de salud: doctoras, enfermeros, pediatras, cualquier persona del área debe estar atento al desarrollo cognitivo de las y los pequeños que llegan a consulta y dejar el rezago profesional, con modelos terapéuticos retrasados.

Asimismo, exhortó a los maestros y maestras a estar muy atentos y canalizar adecuadamente a sus estudiantes.

Advirtió que con la pandemia se acentuó el problema, por el estrés que se vivió y que también afectó y afecta a las infancias, sin importar el nivel socioeconómico.

La especialista llamó a las familias a hacer caso de su intuición y no perder tiempo en la atención de la tartamudez, ya que el periodo para resolverla de manera definitiva es muy corto y tiene un impacto para toda la vida.

Leonardo Morales, por su parte, recomendó a los padres de familia, además buscar terapia con especialistas en este trastorno y participar en los ejercicios, realizar actividades que incentiven el habla en el niño pequeño y cuando este sea más grande, a grupos como los Boy Scouts.

EL DATO

La tartamudez, de acuerdo a la OMS, es un trastorno del desarrollo de la fluidez del habla que se caracteriza por una interrupción frecuente o generalizada del flujo rítmico normal y la velocidad del habla caracterizada por repeticiones y prolongaciones en los sonidos, sílabas, palabras y frases, así como bloqueo y evitación o sustitución de palabras. 

También advierte que la falta de fluidez en el habla persiste con el tiempo, es decir, no se cura.

CA

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