Unos 90 tripulantes fueron rescatados el miércoles de un buque factoría pesquero chino en llamas frente a las costas de la Antártida, informaron las autoridades chilenas.
El barco noruego Juvel rescató a los tripulantes del Kai Xin tras el incendio, del cual aún se desconoce la causa.
El navío chino estaba en llamas a 55 kilómetros (34 millas) de la base de investigación Bernardo O’Higgins cerca del extremo de la península antártica, indicó el Servicio de Búsqueda y Salvamento Marítimo MRCC de Chile.
Las fuerzas armadas chilenas dijeron estar listas para partir de ser necesario con el fin de impedir un desastre ambiental.
El gobernador marítimo de la Antártica Chilena, capitán de fragata Juan Marcelo Villegas, descartó, por ahora, un posible hundimiento del buque chino.
“En este momento las condiciones climáticas son bastantes favorables, hay poco viento y las condiciones del mar están buenas, entonces, por el momento, no hay un riesgo inminente de hundimiento”, dijo Villegas en diálogo telefónico con AP.
Advirtió que desconoce la cantidad de petróleo que carga el buque pues su último puerto fue en Uruguay.
Villegas reveló que otras naves podrían remolcar al buque siniestrado con el fin de disminuir aún más el riesgo de hundimiento.
Pese a esto, la Armada coordina con la Fuerza Aérea de Chile la realización de un segundo vuelo de reconocimiento que se realizará la mañana del jueves para evaluar el estado de la embarcación.
Los 97 tripulantes del buque asiático rescatados por el navío noruego podrían ser trasladados por el Skyfrost, una embarcación logística que posee la flota china, que porta bandera panameña y que se acerca al lugar del siniestro.
Villegas reconoció que existen pocas posibilidades de que la tripulación sea trasladada a la Antártica pues las bases no cuentan con capacidad para recibir a casi un centenar de personas y el próximo vuelo hacia el continente saldría recién a fin de mes.
Por su parte, Milko Schvartzman, activista de Greenpeace International en la campaña contra la pesca excesiva, denunció que el “Kai Xin” es un “barco depredador” que cuenta con el permiso de la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos de la Antártida para la pesca de krill, el alimento básico en la cadena alimenticia de las ballenas.
“Este tipo de barcos que no debieran existir”, enfatizó.

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