Un extenso laberinto de túneles construidos por el grupo extremista Hamás se extiende a lo largo de la Franja de Gaza.

Gaza.- Mientras se avecina una ofensiva terrestre israelí en la Franja de Gaza, una de las mayores amenazas tanto para sus tropas como para los 2.3 millones de palestinos que viven ahí se encuentra enterrada en las profundidades del subsuelo.

Un extenso laberinto de túneles construidos por el grupo extremista Hamás se extiende a lo largo de la franja y oculta a los combatientes, a su arsenal de cohetes y a más de 200 rehenes que retienen tras el ataque sin precedentes del 7 de octubre contra Israel.

Desalojar y derrumbar esos túneles será crucial si Israel quiere desmantelar a Hamás. Pero luchar en áreas urbanas densamente pobladas y moverse bajo tierra podría despojar al ejército israelí de algunas de sus ventajas tecnológicas y a la vez darle una ventaja a los extremistas, tanto en la superficie como bajo tierra.

“Es como caminar por la calle esperando que te den un puñetazo en la cara”, dijo John Spencer, mayor retirado del ejército estadounidense y rector de Estudios de Guerra Urbana en el Instituto de Guerra Moderna de West Point.

Los guerrilleros urbanos “tuvieron tiempo para pensar dónde van a estar y hay millones de lugares ocultos en los que pueden ubicarse. Ellos elegirán el momento del enfrentamiento. Tú no puedes verlos, pero ellos pueden verte a ti”.

Durante la noche del viernes, el ejército israelí dijo que sus aviones de combate atacaron 150 objetivos subterráneos de Hamás en el norte de Gaza, y los describieron como túneles, espacios de combate y otras infraestructuras subterráneas. Los ataques, que parecen ser los bombardeos de túneles más importantes de Israel hasta el momento, se produjeron cuando Israel intensificó sus operaciones terrestres en Gaza.

Aprender del pasado

La guerra en túneles ha sido una característica de la historia, desde el asedio romano de la antigua ciudad griega de Ambracia hasta los combatientes ucranianos que resistieron a las fuerzas rusas en 24 kilómetros de túneles de la era soviética debajo de la planta siderúrgica Azovstal, en Mariúpol, durante unos 80 días en 2022.
 
La razón es sencilla: se considera que las batallas dentro de túneles son algunas de las más difíciles de librar para los ejércitos. Un enemigo resuelto en un sistema de túneles o cuevas puede elegir dónde comenzará la pelea y, con frecuencia, determinar cómo terminará.

Esto es especialmente cierto en la Franja de Gaza, donde Israel llama “Metro” al sistema de túneles de Hamás.

Cuando Israel y Egipto impusieron un severo bloqueo a Gaza después de que Hamás tomara el control del territorio en 2007, el grupo extremista amplió la construcción de su red de túneles para traficar armas y otro contrabando desde Egipto. Si bien Egipto cerró posteriormente la mayoría de esos túneles transfronterizos, se cree que los extremistas tienen una enorme red subterránea que se extiende bajo toda Gaza, lo que le permite transportar armas, suministros y combatientes fuera de la vista de los drones israelíes.

Yehiyeh Sinwar, líder político de Hamás, afirmó en 2021 que la milicia tenía 500 kilómetros de túneles. La Franja de Gaza tiene apenas unos 360 kilómetros cuadrados de extensión.

“Dijeron que habían destruido 100 kilómetros de túneles de Hamás. Les digo que los túneles que tenemos en la Franja de Gaza superan los 500 kilómetros”, declaró Sinwar tras una sangrienta guerra de 11 días con Israel. “Incluso si su información es cierta, sólo destruyeron el 20 por ciento de los túneles”.

Las ‘ratas de túnel’

El ejército israelí conoce la amenaza desde al menos 2001, cuando Hamás utilizó un túnel para detonar explosivos debajo de un puesto fronterizo israelí. Desde 2004, el destacamento Samur o “Comadrejas” del ejército israelí se ha enfocado en localizar y destruir túneles, a veces con robots controlados a distancia. Quienes entran portan oxígeno, máscaras y otros equipos especiales.
 
Israel ha bombardeado desde el aire y ha utilizado explosivos en tierra para destruir túneles en el pasado. Pero para sacar completamente a Hamás será necesario desalojar esos túneles, en donde los extremistas pueden aparecer detrás de las tropas israelíes durante su avance.
 
Durante la guerra de 2014, extremistas de Hamás mataron al menos a 11 soldados israelíes después de infiltrarse en Israel a través de túneles. En otro incidente, un oficial israelí, el teniente Hadar Goldin, fue arrastrado a un túnel dentro de Gaza y asesinado. Hamás retiene el cuerpo de Goldin desde entonces.

Ariel Bernstein, un exsoldado israelí que luchó en esa guerra, describió el combate urbano en el norte de Gaza como una mezcla de “emboscadas, trampas, escondites y francotiradores”.

Explicó que los túneles tenían un efecto surrealista y desorientador que creaba puntos ciegos mientras los combatientes de Hamás aparecían de la nada para atacar.

Yoav Gallant, ministro de Defensa israelí, dijo el viernes que esperaba una ofensiva terrestre difícil y advirtió que “llevará mucho tiempo” desmantelar la vasta red de túneles de Hamás. Como parte de la estrategia, Israel ha bloqueado todos los envíos de combustible a Gaza desde que estalló la guerra. Gallant explicó que Hamás confiscaría el combustible para los generadores que bombean aire a la red de túneles.

Las fuerzas estadounidenses que lucharon en la guerra de Vietnam tuvieron dificultades para despejar la red de 120 kilómetros conocida como los túneles de C? Chi, en la que los soldados estadounidenses se enfrentaron a veredas cerradas, trampas explosivas y, a veces, condiciones de oscuridad total en las afueras de lo que entonces era Saigón, en Vietnam del Sur.

Ni siquiera los implacables bombardeos de los B-52 destruyeron los túneles. Tampoco lo hicieron los ataques rusos a la fábrica de acero ucraniana en 2022.

Un riesgo para los rehenes

Sin embargo, en todos esos casos, los ejércitos no enfrentaron el desafío que tiene ahora Israel con el sistema de túneles de Hamás. El grupo extremista retiene a unos 200 rehenes que capturó en el asalto del 7 de octubre, en el que también murieron más de 1,400 personas.
 
La liberación el lunes de Yocheved Lifshitz, de 85 años, por parte de Hamás, confirmó las sospechas de que los extremistas habían puesto rehenes en los túneles. Lifshitz describió que los combatientes de Hamás la llevaron por un sistema de túneles que, según ella, “parecía una telaraña”.

Despejar los túneles con rehenes atrapados en su interior probablemente será un “proceso lento y metódico”, en el que los israelíes dependerán de robots y otros tipos de inteligencia para mapear los túneles y sus posibles trampas.

Los combates que enfrentarán los soldados israelíes también serán claustrofóbicos y aterradores. Muchas de las ventajas tecnológicas del ejército israelí colapsarán y darán ventaja a los extremistas, advirtió Daphné Richemond-Barak, profesora de la Universidad Reichman de Israel, quien escribió un libro sobre guerra subterránea.

El campo de batalla podría obligar al ejército israelí a participar en tiroteos en los que los rehenes podrían morir accidentalmente en el fuego cruzado. Las trampas explosivas también podrían detonar, enterrando vivos tanto a los soldados como a los rehenes, dijo Richemond-Barak.

RSV

 

 

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