Después de estar seis meses fuera de los ruedos por una lesión, el tiesto guanajuatenses Diego Silveti reaparecerá ante sus paisanos este sábado 4 de noviembre en la plaza de toros La Luz.
Sostendrá un mano a mano con la gran figura del toreo mundial, el peruano Andrés Roca Rey.
En el duelo que sostendrán en el ruedo, se lidiarán seis finos ejemplares de la dehesa de Villa Carmela, propiedad de la familia leonesa Arena Barroso.
Este martes, la empresa taurina Espectáculos de Monterrey ofreció una rueda de prensa para dar a conocer detalles sobre este acontecimiento, estando como invitado especial el irapuatense Diego Silveti, quien relató la forma como hace seis meses un toro lo prendió y le lesionó la rodilla izquierda.
“Toreaba con la izquierda y el toro se me echó encima, con la mala fortuna que me enganchó y caí con todo el peso sobre la rodilla izquierda”, explicó el diestro.
Diego temió lo peor y recordó las lesiones de su padre.
“Cuando me prendió el toro, escuchar el crujir de la rodilla y al caer a la arena me di cuenta que la lesión era grave; me infiltraron para cumplir compromisos, pero en Aguascalientes me pegaron una cornada (sic) y esto ya era algo temerario, pues de acuerdo a estudios, tenía roto el ligamento cruzado”.
El diestro fue a Guadalajara y acudió con el doctor Rafael Ortega, un especialista en lesiones de rodillas.
“Me dijo que estaban rotos los ligamentos cruzados de la rodilla y había que operar; se me vinieron de inmediato a la mente las lesiones de mi papá, David Silveti, que sufrió lesiones similares y que pasó momentos difíciles, sobre todo por la rehabilitación”.
Señala que ya ha superado la prueba, reapareciendo en Juriquilla con gran triunfo.
La lesión en la rodilla lo ha hecho reflexionar y saber que el peligro es latente ante los toros y del avance que hay en la medicina, pues son lesiones que antes tardaban años para recuperación y ahora es más rápido.
“Recuerdo que lesiones así, como las que sufrió mi papá, tardaban año y medio y hasta dos años en volver a torear”.
Una profesión difícil y de mucha exposición que requiere mucha afición y entrega.
“Una de las cosas que tiene la profesión es nunca bajar los brazos y que día con día tienes un reto nuevo; ahora que he ido de nuevo al campo, he vuelto a retomar esas sensaciones y emociones”.
El torero añade que está superando la prueba y viene a León por un triunfo más.
“La lesión que sufrí es una prueba que me llena de orgullo y que le doy muchas gracias a Dios que me la puso en el camino, porque sé que esto me va a dar mucha fortaleza y que me hará ser mejor como torero y como persona”.