Cientos de jóvenes palestinos hicieron cola al filo de la madrugada a la entrada de un hotel de lujo un día reciente, a fin de participar en el principal concurso televisivo de talento musical, deseosos de conseguir fama y fortuna, y de abandonar su vida de conflicto y pobreza.
Es la primera vez que el programa “Ídolo de los árabes” realiza sus audiciones en los territorios palestinos, todo un acontecimiento en una región donde escasean las razones para celebrar.
“Tenemos que poner a Palestina en el mapa. Este es el primer concurso que viene aquí a reclutar talento y seguramente después vendrán otros”, estimó Mohammed Assaf, el ganador del concurso de 2013.
Assaf, un joven que cantaba para bodas en un campamento de refugiados en la Franja de Gaza, se volvió famoso en el mundo árabe de la noche a la mañana gracias a su sonrisa resplandeciente, su carisma y su capacidad de superar las adversidades.
En conversación con The Associated Press, Assaf dijo que tuvo que rogarle al grupo Hamas que le permitiera salir del territorio, después tuvo que sobornar a guardias fronterizos egipcios para que le dejen viajar hacia el Líbano para poder competir. Otro palestino le cedió su plaza en la audición al estar convencido de que Assaf tenía mejor probabilidad de ganar. Muchas de las canciones de Assaf tratan sobre la lucha por la independencia palestina.
Assaf dijo que su éxito llevó a los organizadores del concurso a traerlo aquí.
“Les dije, ‘fíjense en mí, yo gané y hay cientos de cantantes talentosos en Palestina y se merecen una oportunidad al igual que sus hermanos árabes’”, destacó Assaf.
Unos 500 candidatos acudieron a la audición, haciendo cola en una gran carpa frente al Grand Park Hotel, a la espera de su turno en el escenario. Cada concursante recibió un minuto para cantar frente a las cámaras, y las pruebas fueron desde las 7 de la mañana hasta bien entrada la noche.
La mayoría de los aspirantes, de entre 15 y 30 años de edad, dijeron estar inspirados por Assaf. Todos expresaron esperanzas de dejar atrás su vida de penurias y conflicto con Israel y conseguir la fama y la fortuna.
Musafa Ayyash, de 22 años, un obrero de la construcción que trabaja en un asentamiento judío cerca de Belén, dijo que salió de su casa a las 4 de la mañana para poder estar adelante en la cola.
“Tengo buena voz, canto en casa, canto con mis amigos, y todos me dijeron que debería venir, así que vine a probar suerte”, expresó. “Esto me podría cambiar la vida. Mi trabajo es muy duro, trabajando en la construcción para ganar 600 dólares al mes. Si logro una oportunidad para ganar, me cambiará la vida”.
Nidal Basma, de 23 años, un fisioterapeuta oriundo de una aldea cerca de Ramala, dijo que apenas puede subsistir con un sueldo de entre 500 y 600 dólares al mes.
“No se puede vivir con un sueldo tan pequeño. Si este programa me da la oportunidad de entrar en el mundo de la música, quizás seré como Assaf, que un día no era nadie y hoy es una estrella en el mundo árabe”, expresó Basma.
El canal de televisión que transmite el programa, MBC, envió desde el Líbano a cinco productores para organizar las pruebas. Los productores entraron por la Margen Occidental con sus pasaportes franceses. No estaban autorizados para hablar con la prensa.
Mohammed Zumlot, el gerente general del hotel, dijo que el canal le dijo que antes nunca pensó en realizar el acto en los territorios palestinos debido a la violencia, pero tras tomar en cuenta lo que está sucediendo en países como Egipto y Siria, el canal cambió de parecer.
“Nos preguntaron si teníamos compañías de seguridad privada, si teníamos salas de espectáculos, y para sorpresa de ellos, teníamos todo”, declaró Zumlot. “Les dije que si bien es cierto que vivimos bajo ocupación israelí, tenemos nuestra vida, con hoteles, restaurantes, de todo”.
“Cuando firmé el contrato, me dijeron que somos el país más pacífico de la región, en alusión a Siria, el Líbano y Egipto”, agregó.
Aunque el concurso llevó un poco de entusiasmo a las calles de Ramala, no todos podían celebrar. Israel le prohibió la entrada a aspirantes desde la Franja de Gaza, debido a que milicianos en ese territorio han estado lanzando cohetes contra territorio israelí.
En el concurso el año pasado, el director del jurado, el cantante libanés Ragheb Alama, le puso a Assaf el apodo “el cohete de Gaza”.
Para Assaf, sin embargo, el concurso es simplemente un intento de traer alegría a la atribulada región.
“Estar bajo ocupación no le impide a uno cantar, o jugar fútbol, o gozar de la vida. Yo le canto al mundo árabe, y adondequiera que voy les cuento nuestra historia”, comentó Assaf.