Al sentir una conexión especial con María Félix, Linda Barondes es en Álamos, Sonora, la principal conservadora de su memoria y no sólo por haber sido dueña de la casa donde nació hace 100 años la diva del cine mexicano.
A dos años de vender la propiedad en el barrio La Colorada, donde se ubicara el hotel y museo de María Félix, Barondes prepara un nuevo museo con fotos, objetos personales, cartas y pinturas.
La canadiense cree tener un carácter similar al de “La Doña” y con orgullo recuerda 1971 cuando, en París, Francia, un amigo fotógrafo las presentó.
“Él dijo que estaba seguro que yo era hija de María Félix, ‘pero ¿quién es María Félix?’, pregunté, así que él nos presentó, ambas estábamos sorprendidas de que sí existía parecido entre nosotras, pero yo era unos 35 años menor”, recuerda Barondes.
La mujer se reencontró posteriormente con María Félix en Italia y en Francia.
“Fue en 1974 cuando su esposo falleció y ella regresó a México y no la volví a ver otra vez”, dice con pesar.
Ya retirada en Canadá, unos amigos invitaron a Barondes a Álamos, un pueblo colonial al sur de Sonora, el cual le encantó.
Una noche de 1997 caminaba por la Calle Galeana cuando algo le atrajo de la propiedad, ella recuerda haber visto la imagen de una mujer que no le atemorizó, pero se desvaneció ante sus ojos.
“Le dije a mis amigos lo que vi y me dijeron: ‘sabes, tienes que comprar esa propiedad’, así que al día siguiente compré la propiedad”, recuerda.
Seis meses después, se enteró que la casa perteneció en un tiempo a María Félix, el nombre le resonó en la cabeza hasta que recordó de quién se trataba.
“Conseguí su teléfono, la pude contactar, le recordé cuando nos conocimos y ella se acordó de mí. En 2002 hice arreglos con el jefe del departamento de Turismo del Estado para invitar a María Félix al Festival Ortiz Tirado y ella aceptó venir”.
“Después llamó y dijo que no podía venir porque hacía frío en enero, pero que vendría en el mes de junio cuando el clima es cálido, pero murió en abril, en el día de su cumpleaños”.
La muerte de Félix sólo reforzó su deseo por rendirle homenaje; reunió todos los objetos de la propiedad y los unió a pinturas, cartas, fotografías y demás parafernalia de la diva sonorense.
Desde diciembre de 2002 hasta mediados de 2012, el hotel-museo de María Félix recibió cada vez a más personas, sobre todo foráneos, pues según cuenta Barondes, a la gente de Álamos les disgustaba que “La Doña” nunca haya regresado a ayudarlos.
Pero el museo cerró en 2012 y el nuevo dueño no quiso mantener nada en la casa, por lo que entregó todos los objetos a Barondes, quien los guardó en una bodega hasta el mes pasado, cuando retomó el proyecto de un museo, el cual ya se alista para el centenario del nacimiento de María Félix, también en Álamos.
Preparan museo de La Doña
Un museo dedicado a diva del cine mexicano resurgirá en Álamos, Sonora, su ciudad natal, con fotos, objetos personales, cartas y pinturas a cargo de l