Jan Yunis, Franja de Gaza.- Las autoridades palestinas pidieron el martes un cese del fuego para evacuar a tres decenas de recién nacidos y otros pacientes atrapados en el mayor hospital de Gaza, mientras las fuerzas israelíes combatían a Hamás en las calles aledañas y capturaban más terreno en el norte de la Franja de Gaza.
Durante días, el ejército israelí ha rodeado el hospital Shifa, la instalación en la que dice que Hamás se esconde —y debajo de ella— para utilizar a los civiles como escudos de su principal base de mando.
El personal del hospital y Hamás niegan esta afirmación. Mientras tanto, cientos de pacientes, empleados y personas desplazadas quedaron atrapados en el interior, con suministros cada vez más escasos y sin electricidad para hacer funcionar las incubadoras y otros equipos. Sin contar con refrigeración durante días, el personal de la morgue cavó una fosa común en el patio para más de 120 cadáveres, según las autoridades.
La situación en Shifa y en otros hospitales ocurre mientras las fuerzas israelíes controlan amplias zonas de la Ciudad de Gaza y de los alrededores del norte de la Franja, diciendo que están expulsando y matando a combatientes de Hamás.
Por su parte, la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados palestinos informó que su almacén de combustible en Gaza está vacío y que pronto pondrá fin a los operativos de ayuda. Israel ha prohibido las importaciones de combustible desde que comenzó la guerra contra Hamás, bajo el argumento de que el grupo militante lo utilizará con fines militares.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, declaró en una conferencia de prensa televisada a todo el país el martes por la noche que Hamás ha “perdido el control” del norte de Gaza y que Israel ha logrado avances significativos en la Ciudad de Gaza. Pero al preguntársele acerca del calendario de la guerra, Gallant dijo: “Estamos hablando de meses largos, no de un día o dos”.
Israel ha prometido aplastar el dominio de Hamás en Gaza tras el ataque de los militantes a Israel el 7 de octubre, en el que mataron a unas 1.200 personas y tomaron unos 240 rehenes. Pero incluso cuando sus soldados controlan una mayor parte del devastado norte de Gaza, el gobierno israelí ha reconocido que no sabe qué hará con el territorio tras la derrota de Hamás.
La embestida —uno de los bombardeos más intensos en lo que va de siglo– ha sido desastrosa para los 2,3 millones de palestinos de Gaza.
Más de 11.200 personas, dos tercios de ellas mujeres y menores, han muerto en Gaza, según el Ministerio de Salud palestino en Ramala. Se ha informado de la desaparición de unas 2.700 personas. El recuento del ministerio no distingue entre muertes de civiles y militantes.
Casi toda la población de Gaza se ha refugiado en los dos tercios meridionales del pequeño territorio, donde las condiciones se han ido deteriorando a pesar de que continúan los bombardeos. Según la ONU, unas 200.000 personas huyeron del norte en los últimos días, pero se cree que aún quedan decenas de miles.
Hamás difundió a última hora del lunes un vídeo en el que se veía a una de las rehenes, Noa Marciano, de 19 años, antes y después de morir en lo que, según Hamás, fue un ataque israelí. El ejército la declaró posteriormente soldado caído, sin identificar la causa de su muerte.
Es la primera rehén cuya muerte en cautiverio se confirma. Cuatro fueron liberados por Hamás y un quinto fue rescatado por las fuerzas israelíes.
JFF