En los últimos días de octubre, al menos nueve personas, entre estas un menor de edad, fueron privadas de la libertad en el fraccionamiento Bosques del Rey, ubicado en Culiacán, Sinaloa. El comando que se las llevó buscaba a una persona de nombre Alberto “N”. Se lo llevaron a este, a su esposa y a un menor de solo 13 años.

Los cadáveres de ocho de los secuestrados aparecieron cuatro días más tarde a 50 kilómetros de distancia, en distintos puntos de Tamazula, Durango.

Algunos de los cuerpos, entre estos el del menor, fueron abandonados con las manos esposadas en la espalda en distintas calles de la cabecera municipal. A otros los tiraron en la carretera. Mostraban signos de tortura. Las víctimas habían sido asesinadas a tiros.

Había cartulinas con el mensaje, “Esto les va a pasar a todos los dedos y sapos”.

Tamazula es una región completamente controlada por Ismael “El Mayo” Zambada. Su grupo armado, conocido como Los Rusos, y comandado por Miguel Ángel Gaxiola Quintero, libra una guerra en la capital de Sinaloa en contra del jefe de seguridad de los hijos del “Chapo”, Néstor Isidro Pérez Salas, apodado “El Nini”, por quien la DEA ofreció hace meses una recompensa de hasta 3 millones de dólares.

“El Nini”, el 19 o el 09 fue incluido recientemente en la lista de los más buscados por la DEA, al lado de Iván Archivaldo, Jesús Alfredo Guzmán Salazar y Óscar Noé Medina González, alias “El Panu”, un jefe de alto nivel del Cártel de Sinaloa, cuya función consiste en supervisar las redes regionales y de sicarios que esta organización criminal mantiene en operación a lo largo del territorio nacional, y al que la DEA considera uno de los dos responsables del aparato de seguridad de “Los Chapitos”.

Documentos del Ejército han vinculado al “Nini” a la cabeza de las violentas acciones realizadas por el Cártel de Sinaloa, que llevaron al presidente López Obrador a ordenar la liberación de Ovidio Guzmán en octubre de 2019, durante el llamado Culiacanazo.

“El Nini” ha señalado asimismo como el encargado de enfrentar a las fuerzas federales que en enero pasado irrumpieron en El Tamarindo para detener por segunda ocasión a Ovidio Guzmán, durante un tiroteo en el que incluso fue atacado el aeropuerto de Culiacán.

En esta última ocasión la violencia desatada llegó a tal punto que autoridades estatales pidieron a la población no salir de sus casas.

Néstor Isidro Pérez Salas cobró notoriedad en fechas recientes cuando, en una entrevista con Anabel Hernández, Dámaso López Serrano, “El Mini Lic.”, hijo de quien fuera el brazo derecho de “El Chapo” lo definió como un “trastornado que asesina por puro pasatiempo” y relató que su ascenso dentro de la organización se debió a que “lo mandaban a hacer cosas y las hacía”: “‘¡Mata a aquel’ y decía ‘sí’, no preguntaba ni por qué o cómo, él solo iba y lo hacía”!

Según el relato de “El Mini Lic.”, Iván Archivaldo Guzmán lo llevó a su lado precisamente por su crueldad y “supo sacarle jugo”, como nadie, a su instinto asesino. “Puso bajo sus órdenes primero a un mini ejército de 30 personas que con el paso se volvieron 100”, declaró.

Tras la detención en San Diego, apenas en enero pasado, de un operador del Cártel de Sinaloa, y el decomiso de 10 mil pastillas de fentanilo, salieron a relucir en una investigación de la DEA los nombres de Óscar Noé Medina González, “El Panu”, y de Luis Javier Benítez Espinosa, “El 14”. Este último había sido el encargado de vender las 10 mil pastillas aseguradas.

“El 14” fue ejecutado el pasado 8 de septiembre en Culiacán. Fuentes de seguridad señalan al “Nini” como responsable de coordinar dicha ejecución. Lo señalan también como el hombre que ordenó el secuestro y asesinato de las ocho personas cuyos cuerpos aparecieron a finales de octubre en Tamazula, Durango.

La presión del gobierno estadounidense ha provocado violentos reacomodos en el grupo de “Los Chapos”. Esto se mezcla con el sanguinario enfrentamiento entre los “Rusos” y los “Ninis”, que se ha traducido en secuestros, desapariciones y ejecuciones.

A finales de septiembre, hombres armados ingresaron en un hospital privado de Culiacán para rematar a un herido. Los guardaespaldas de este último respondieron a tiros. En la balacera, que dejó cuatro muertos, perdió la vida un urgenciólogo.

En medios locales se habla de cateos efectuados en días recientes que tienen como fin lograr la captura de Néstor Isidro Pérez Salas. Al mismo tiempo, otros reportes señalan que el jefe de seguridad de “Los Chapitos” tiene en la nómina a agentes policiales encargados de advertirle sobre posibles operativos.

Al final nada ocurre y una violencia demencial se extiende sobre la capital del estado.

 

@hdemauleon

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