No somos dados a las tramas conspiracionistas, pero tampoco creemos en las coincidencias. Sin duda nuestros militares se apuntaron una buena al capturar en Culiacán a “El Nini”, sicario en jefe de “Los Chapitos”, quien seguramente será extraditado a Estados Unidos, donde existen órdenes de aprehensión en su contra.

La captura estuvo interesante: lo agarraron solo, en una azotea, y lo detuvieron sin disparar una sola bala. Más que captura, pareció entrega por parte de un sicario que ni da ni pide tregua.

Toda una hazaña considerando que éste es el mismo que encabezó el operativo masivo y paralizante del Cártel de Sinaloa que doblegó al Gobierno federal en Culiacán y que culminó -por órdenes imperiales- en la liberación de Ovidio Guzmán, “El Ratón”, quien también era buscado por Estados Unidos y a quien se pretendía detener y extraditar.

Éste sería el mismo Ovidio que por presiones de Estados Unidos a nuestro Gobierno cuatrotero, fue recapturado en enero pasado y extraditado en septiembre.

El “Nini” encabezaba un grupo de unos 2 mil “sicarios”, el brazo armado de “Los Chapitos”, que en total son cuatro, capitaneados por Iván Archivaldo, el JEFE de “El Nini”, cuyo nombre es Néstor Isidro Pérez Salas.

No se piense que al capturar a “El Nini” se quedarán “Los Chapitos” desprotegidos: en estas organizaciones cortan una cabeza y surgen DOS. Seguramente tomarán la responsabilidad los lugartenientes de “El Nini”: “El 27” y “El Panu”, ambos tan sanguinarios como el recién capturado.

La coincidencia de la que hablamos al iniciar el opus de hoy viene de que la semana pasada el Emperador tabasqueño visitó Badiraguato, cuna de “Los Chapitos”, de donde es su padre y donde vive su abuela, con quien tantas DEFERENCIAS tuvo el Tlatoani en una anterior visita. ¿Será posible que “Los Chapos” hayan entregado a uno de los suyos para aplacar al Gobierno norteamericano tras una negociación de alto nivel con el Gobierno mexicano? 

No falta quien afirme que en todos los Estados del Pacífico, bajo control político de Morena vía Gubernaturas y Alcaldías, los grandes cárteles “apoyaron” las campañas de los triunfadores. Ese apoyo -si acaso se dio como lo afirman muchos- tuvo que haber sido a cambio de un entendimiento en el que se acuerda un “laissez faire”, entre Gobierno y delincuencia. Una especie de “déjame ser y te dejo llegar”, algo que es probable que exista de alguna forma, pues es la única manera de explicar la presión constante y las declaraciones fulminantes de las autoridades norteamericanas cuando recriminan a las mexicanas no hacer lo suficiente para frenar el tráfico de fentanilo desde México hacia EU. Trasiego en el que son “amos” los “Chapitos” y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

La óptica favorece la teoría del acuerdo: va el Tlatoani a su tierra, dizque a inaugurar una carretera, y días después “cae” el brazo derecho del líder de “Los Chapitos”. Sin duda una pieza importante, pero es sabido que los norteamericanos quieren a “Los Chapitos” mismos, a Iván Archivaldo, Joaquín y Jesús Alfredo (ya tienen a Ovidio).

Algo nos dice que aunque aplaudible la captura de “El Nini” no hará que el Gobierno norteamericano deje de presionar a sus homólogos mexicanos. Segurísimos estamos que con sus sofisticados equipos de reunir inteligencia los norteamericanos SABEN MUCHO más de lo que nuestras autoridades se imaginan sobre quién ayuda a quién en nuestro México, que si no existiera ya lo hubiese inventado Kafka.

Recordemos que hace unos meses el Fiscal General norteamericano, Merrick Garland, y autoridades norteamericanas afirmaron que irían por los Guzmán y “por quienes les ayudan y protegen”. Cometen un grave error los funcionarios mexicanos que creen que se pueden “madrear” a los gringos sacándole dulces a la piñata sin romperla, y que se conformarán con el reparto de migajas.
Podrán los ingenuos interpretar la captura/entrega de “El Nini” como un “gran golpe” al Cártel de Sinaloa, hasta que se sepa con el tiempo que fue una simulación para encubrir la insana relación de los malitos con los “transformadores”.

 

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