Londres.- En un intento por mejorar las condiciones laborales de la gente que brinda servicios de entrega de alimentos o transporte de personas por medio de apps, la Unión Europea aprobó provisionalmente el miércoles normas que les otorgan los beneficios de trabajadores de tiempo completo y restringen la manera como las plataformas online administran a sus empleados por medio de algoritmos.
El Parlamento Europeo y los 27 países miembros de la UE acordaron una directiva para trabajadores esporádicos que ha tardado años redactar. La medida busca otorgar protecciones y beneficios al número creciente de empleados de apps a la vez que eleva la responsabilidad y transparencia de las aplicaciones que dependen de contratistas independientes.
Estos trabajadores y plataformas no están cubiertos por la legislación laboral vigente, y el objetivo de esta directiva es cubrir esas zonas grises. Aún deben ratificarla los legisladores y los Estados miembros, que tendrán dos años de plazo para transcribirlas en sus leyes nacionales.
Las nuevas normas garantizan a los trabajadores esporádicos, como los conductores, que “recibirán los derechos sociales y laborales a los que tienen derecho, sin sacrificar la flexibilidad del modelo de negocios de la plataforma”, dijo Nicolas Schmit, comisionado ejecutivo del trabajo y los derechos sociales.
Los negociadores dijeron que las normas ayudarán a clarificar el estatus laboral de hasta 5,5 millones de personas clasificadas erróneamente como trabajadores esporádicos y que en realidad son empleados con derecho a beneficios.
Una plataforma que satisfaga dos criterios será considerada un “empleador”, y la gente que trabaja para ella serán “empleados” con derecho a salario mínimo, vacaciones pagas, pensiones y prestaciones por desempleo y enfermedad.
Los criterios son que la app limita los salarios electrónicamente, supervisa el desempeño laboral, controla las condiciones de trabajo y limita los horarios, determina la asignación de tareas o dicta el aspecto personal y la conducta del trabajador.
Bajo las normas, los algoritmos utilizados para asignar tareas deberán ser supervisados por seres humanos para asegurar que cumplen las condiciones laborales. Los trabajadores podrán apelar las decisiones automatizadas, tales como un despido o una suspensión de sus cuentas.
Los sistemas automáticos de monitoreo y toma de decisiones no podrán usar ciertos datos personales como el estado emocional o psicológico del trabajador o hacer predicciones sobre su actividad sindical presente o potencial.
JFF