Con la investidura real, el Emperador Lopezuma le envió desde su Palacio el pésame a la familia del “Chapo” Guzmán por el fallecimiento de su madre y abuela de “Los Chapitos”, Consuelo Loera, olvidando que en los Estados Unidos le quieren echar encima el guante a esa familia por ser los principales traficantes de fentanilo desde México hacia ese país.

Cabe hacer notar que no hizo lo mismo el Tlatoani con la familia, por ejemplo, de dos empresarios notables -y la hija y hermana de otra- que fallecieron recientemente. Se condolió el Presidente con la familia de los traficantes más famosos del mundo -probablemente- pero le valen ‘máiz’ los deudos de gente que ayudó a construir el México industrial, que creó empleos y engrandeció nuestra economía.

Eso da una idea de sus prioridades: para algunos posiblemente indica este hecho la existencia de compromisos secretos entre el Gobierno mexicano y los cárteles que controlan los Estados del Pacífico, para otros demuestra una falta de criterio abismal por parte del Cacique de Macuspana, quien le da más importancia a la delincuencia -es decir a “los malos”- mientras que a él y a su desgobierno le importan un bledo los entes productivos y quienes los integran.

Simultáneamente con este detalle, que parece pequeño, pero no obstante dice mucho, tenemos sus habladas de que va a desaparecer los organismos autónomos, quesque “no sirven para nada”.

Entre ellos uno que es vital, el INAI, o el de la transparencia, que es el encargado de hacer realidad una máxima de la democracia: donde se gasta el dinero del pueblo deben estar los vigilantes ojos de los ciudadanos. Ello además de que en toda democracia existe una responsabilidad ineludible por parte de todo servidor público de rendir cuentas a los ciudadanos por sus actos.

Para lograr esto es que ahora ya cuenta el Cacique Tropical con la abierta colaboración de su esquirol encubierto, Dante Delgado, mandamás de Movimiento Ciudadano, quien con pose del villano de Supermán, Lex Luthor, declara que “el Bloque está muerto”. Es decir, que su partido ya pasa a votar -por lo menos en el Senado- con Morena y sus satélites.

Mientras en Nuevo León, su Gobernador emecista, emberrinchado porque no pudo lanzarse como el Borras de candidato presidencial sin planchar primero su salida, decide formar dupla con su esposa, la “influencer” Mariana Rodríguez, para acaparar el poder público en el Estado lanzándola como candidata a la Alcaldía de Monterrey. Ello pese a que la dama no reside en Monterrey, no sabe nada de Administración pública y jamás ha ostentado un puesto de elección popular.

Todo ello -su súbita aspiración a la Alcaldía de Monterrey- con el transparente fin de intentar retacar el Congreso local y federal de puros emecistas incondicionales que le sigan la corriente al Gober Pechocho y lograr en Nuevo León lo que el Cacique Tabasqueño pretende lograr a nivel federal con la ayuda de su compinche de toda la vida, Dante Delgado.

Si juntamos todo lo descrito líneas arriba: el pésame a los delincuentes más grandes de México buscados por los Estados Unidos, la colaboración de Lex Luthor Delgado con el Emperador Tropical, y la jugada de Sammy y Marianis, con la venia de MC, para dominar Nuevo León, lo que tenemos es un clarísimo golpe antidemocrático: una confabulación de narcisos para indebidamente acaparar el poder vía el populismo, la demagogia y el embuste.

Las cosas se están dando en México de acuerdo con la máxima por todos los mexicanos conocida de que “Dios los hace y ellos se juntan”. Como son iguales, tanto el Emperador, como Lex Luthor, el Gober Sammy y ahora su esposa Marianis, resultan ser aves del mismo plumaje: hermanados en su intento por acaparar y ejercer el poder sin límites, ni legales, ni políticos, ni sociales, ni costumbrales.

¿Qué es para ellos el nepotismo o faltarle el respeto al pueblo aventándoles pésames a los delincuentes desde la Presidencia, o faltando a la dignidad personal y política más básica, realizando la chamba sucia de esquirol a favor del tirano en ciernes, como lo hace ya abiertamente Dante Delgado?

Nos duele admitirlo, amigos, pero con políticos como éstos, México y Nuevo León están fritos.

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