Con la noticia reciente de que hay de 10 a 12 personas desaparecidas en Texcaltitlán, luego del enfrentamiento ocurrido el pasado viernes 8 de diciembre, entre pobladores y miembros del grupo delictivo La Familia Michoacana, vemos que el asunto no ha quedado ahí.

El hecho que impactó, tanto en el país como a nivel internacional por esa sangrienta batalla, puso en el conversatorio el tema de las extorsiones que incluyen el cobro de piso y el control comercial de productos, que se ha extendido a la gran mayoría de los estados del país.

En los días siguientes se podrá corroborar si esas personas desaparecidas de la comunidad de Texcapilla fueron levantadas por los resentidos criminales o son pobladores que decidieron irse del lugar no por miedo, sino por terror a lo que les pudiera pasar.

Pero Texcaltitlán en el Estado de México no es un “caso aislado”, no es la excepción, sino algo cada vez más sintomático en la mayor parte de México. Un medio nacional nos dice que la Familia Michoacana siembra el terror en al menos 56 municipios de cuatro entidades.

Es el caso del Edomex, Guerrero, Michoacán y Morelos, donde el cobro de piso y el control de precios (o más bien el cobro de comisión por kilo o tonelada vendida) es un delito que se ha convertido en una forma de lucrar con el trabajo ajeno.

Lo primero que se viene a la mente son los productores limoneros y aguacateros que ya están hartos y han formado grupos de autodefensa, no sin que hayan sido asesinados productores, porque los malditos delincuentes no van a soltar el multimillonario negocio y no hay autoridad que ponga orden.

Solo recordemos que la Familia Michoacana no es el único grupo del crimen organizado que existe, porque habrá que añadir a los otros cárteles, por lo menos los que más dominio tienen como el de Sinaloa, el del Golfo y el de las cuatro letras.

En el País, según informe que dio la Coparmex, más de tres mil 400 personas fueron extorsionadas solo en el primer cuatrimestre de 2023, y según números del Gobierno Federal en ese periodo hubo una disminución en ese delito de 2.4% comparado con el mismo periodo del año anterior.

Esas son denuncias presentadas, pero la cifra negra es posible que sea de más del 90%, es decir de quienes no denuncian el delito.

Ante lo ocurrido en Texcaltitlán, López Obrador convocó a la sociedad a que entre todos combatamos la extorsión, sin embargo dijo que lo sucedido ahí es un caso aislado, argumento que le rebatió la periodista Haydee Ramírez y ante lo cual el Presidente ya no tuvo otros datos.

Guanajuato no está en la gloria, porque los grupos criminales han extendido la extorsión a negocios y familias, con lo cual nos ubicamos en una tasa de 2.27 extorsiones por cada 100 mil habitantes, solo hablando de denuncias presentadas.

En México hay al menos medio centenar de grupos de autodefensas o policías comunitarios en estados como Guerrero, Michoacán, Veracruz, Morelos, Tamaulipas y Tabasco, todo esto ante la ineficacia de las corporaciones de seguridad pública y pese a la presencia de fuerzas federales en todo el país.

A los comuneros de Texcaltitlán se les pidió que no se conformaran como grupo de autodefensa, pero eso fue lo que hicieron para defenderse y poner un alto al grupo criminal al que enfrentaron con escopetas, machetes, fierros y palos, no sin un saldo de 14 muertos, 10 criminales y cuatro pobladores.

La reflexión obligada es, por un lado, no negar la realidad, y por otro, afrontarla entre todos los sectores sociales bajo la premisa de que deberán coordinarse realmente los tres órdenes de gobierno.

 

RAA

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *