La República Checa se detuvo ayer al mediodía para brindar un minuto de silencio por las víctimas de la peor matanza de su historia reciente.
Las banderas ondearon a media asta en los edificios públicos y al mediodía sonaron las campanas. Se ofició una misa en la catedral de San Vito, la más grande del país. El presidente Petr Pavel y los presidentes de las dos cámaras del Parlamento asistieron al oficio, abierto al público.
“Cada uno, a su manera, estamos todavía en shock“, dijo el arzobispo de Praga, Jan Graubner. “Debemos condenar claramente lo sucedido, pero también debemos mirar hacia el futuro“.
“Nadie debe estar solo en estos momentos difíciles“, dijo la rectora de la Universidad Carolina, Milena Kralickova, hacia el final de la misa. El tiroteo del jueves en la Facultad de las Artes de la universidad dejó 14 muertos.
Se realizaron oficios en otras ciudades grandes y pequeñas, y los mercados navideños de varias localidades cerraron o redujeron sus programas e incrementaron las medidas de seguridad.
El tiroteo en la universidad dejó 25 heridos hasta que el agresor se suicidó. La policía y los fiscales dicen tener pruebas de que el mismo hombre de 24 años mató a su padre horas antes del tiroteo y a un hombre y un bebé en Praga días atrás.
Un mar de velas brillaba en un homenaje improvisado frente a la sede de la universidad.
“Ha sido una experiencia horrible para todos, pero no se compara con lo que experimentaron las víctimas en el momento del ataque y lo que sus seres queridos experimentan ahora”, dijo el presidente del Senado, Milos Vystrcil, al encender una vela.
“Creo que para ayudarlos les expresamos nuestro apoyo y es lo que estamos haciendo ahora”.
Poco a poco se dan a conocer los nombres de los 14 muertos. La universidad confirmó que murieron la titular del Instituto de Ciencias Musicales, Lenka Hlávková y otro miembro de su personal. La estudiante de primer año Lucie Spindlerova fue otra víctima, dijo el diario Lidove noviny, donde ella trabajaba.
Otras tres estudiantes asesinadas fueron Aneta Richterová, según su grupo de bomberos voluntarios de Helichovky; Klára Holcová, de 20 años, una talentosa lanzadora de bala que ganó nueve medallas en los campeonatos nacionales, y Magdalena Krístková, confirmó su ciudad natal de Roztoky.
El autor de la matanza era checo y estudiante de la Facultad de las Artes. Los investigadores no sospechan que tuviera vínculos con grupos o ideologías extremistas. Creen que actuó por su cuenta y por motivos por ahora no aclarados.
Una matanza anterior, en la población sureña de Uhersky Brod en 2015, dejó ocho muertos y el perpetrador se suicidó.
DMD