¡Saludos exitosos! En mi visita a la librería, mi consentida (la de Juárez, por supuesto), encontré la sorpresa muy agradable de ver por lo menos 10 personas comprando un libro, seguramente de regalo por estas fiestas de Navidad. Ese detalle me indica que debe haber un pequeño grupo de lectores que sí están entendiendo el valor de la lectura y que han entendido cual es la trascendencia de los libros.

Este cuento necesita 8 minutos para ser leído, dirigido a niños de 4 años. Los lugares donde se desarrolla son: Hacienda del molinero, bosque, palacio del rey, río y campos, palacio del ogro. Algunos de los valores que se desarrollan son: Ingenio, lealtad, perseverancia. Leamos:

“Al morir el pobre molinero, dejó de herencia a sus hijos un molino, un asno y un gato. Al mayor le tocó el molino, al segundo, el asno y al más joven el gato. Este último se lamentaba de su mala suerte y decía: -Mis hermanos podrán trabajar juntos y ganarse la vida con el molino y el burro. Sin embargo, yo… ¿Qué puedo hace con un gato? El Gato, que estaba a su lado, le contestó: -no te preocupes, mi amo. Si me das un saco y unas botas, te demostraré la buena suerte que habrás tenido de recibirme como herencia. Como nada tenía que perder, el joven dio al gato lo que pedía. Éste se calzó las botas y, con el saco al hombro, entró en el molino para llenarlo de cáscaras de trigo. Cuando llegó al bosque, abrió el saco y se tumbó, como si estuviera muerto, esperando que algún animal confiado se acercara a comer, pocos minutos después, un conejo entró en el saco… y de allí no volvió a salir.

Contento y satisfecho, el Gato fue a palacio y solicitó hablar con el rey, en cuanto le llevaron ante su presencia, hizo una reverencia y dijo: Cazado para usted mi amo, el Marqués de Carabás. El Gato, que acababa de inventar este noble título para el hijo del molinero, esperó la respuesta del rey: – dile a tu señor que le agradezco mucho el regalo. Durante los dos o tres meses siguientes, no hubo día en que el gato no llevase al rey una perdiz o un conejo de parte de su amo, el Marqués de Carabás. Tanto iba el gato a palacio que, una mañana, se enteró de que el rey y su hija saldrían aquella tarde a pasear por la orilla del río, así que, sin pérdida de tiempo, el Gato le dijo a su amo: Si escuchas y sigues mis consejos, pronto serás un hombre rico. Sólo tienes que bañarte en la parte del río que yo te diga y dejar que te esconda la ropa debajo de una piedra.

El hijo pequeño del molinero siguió las indicaciones del gato: Se metió en el agua y se puso a nadar. Al poco rato, paso por allí la carroza del rey y el gato empezó a gritar con todas sus fuerzas: ¡socorro, socorro, se ahoga mi amo, El Marqués de Carabás! Al oír aquellos gritos, el rey se asomó y reconociendo al gato que tantos regalos le había hecho, ordenó a sus guardias que auxiliaran al Marqués de Carabás. Mientras sacaban al joven, el gato se acercó a la carroza: -majestad, hoy es un día terrible para mi amo. Hace apenas unos minutos, un ladrón le ha robado la ropa. Por más que corrí, el muy pillo logró escapar. Al oír esta nueva desgracia, el rey ordenó a un criado que fuese a palacio y trajese uno de sus mejores trajes para el Marqués de Carabás.

Vestido lujosamente, el hijo del molinero parecía un verdadero marqués. Pero no todo lo hace el vestido. El joven era tan guapo, educado y cariñoso que la hija del rey se enamoró locamente de él. Tras los ruegos del rey y su hija, el Marqués de Carabás aceptó dar un paseo en la carroza real. El Gato, sin embargo, se marchó corriendo, dispuesto a preparar el camino para su amo. Al pasar por un prado, el gato se acercó a los campesinos y les gritó…” Nos leeremos en la próxima.

El Pilón Filosófico: “México será más próspero cuando tengamos por lo menos 70 millones de lectores” BELIEVE  IT NOT, YOU NEED TO READ. 

Editorial: Silver Dolphin. Precio: $ 300. Capturista: Mónica Caballero.  
 

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