El sábado 23 de diciembre me hizo muy feliz una nota publicada en la primera plana del Reforma: “Militares estadounidenses ya habilitaron la página de internet en la que se podrá monitorear en tiempo real el vuelo de Santa y confirmar si utilizará Inteligencia Artificial para planear su ruta.

“Armado con radares, sensores y aviones, el Mando de Defensa Aeroespacial de Norteamérica (NORAD), en Colorado, vigila de cerca a Santa y su trineo desde el momento en que salen del Polo Norte.

“Este año también compartirá todos los detalles para que el mundo pueda seguir el recorrido desde la Nochebuena.

“El NORAD habilitó el sitio web noradsanta.org en 9 idiomas, lo vinculó a redes sociales y puso a disposición una aplicación para celulares, con una cuenta regresiva que indica cuándo comenzará el seguimiento oficial del trineo.

Los militares rastrearán a Santa con “la misma tecnología que utilizamos para mantener la seguridad nacional”, declaró la coronel Elizabeth Mathias, portavoz en jefe del NORAD.

“Somos capaces de seguir la luz de la nariz roja de Rodolfo, el reno”, dijo.

En plena era de la digitalización, me permito hacer llegar a mis dos lectores, el siguiente cálculo elaborado por una experta en ciencias exactas, al cual agregué alguna fantasía, propia de estas fechas:

En el mundo existen aproximadamente 2,000 millones de niños. Sin embargo, como Santa no visita niños musulmanes ni judíos ni budistas, esto reduce su trabajo en la noche de navidad a un 15% o lo que es lo mismo 378 millones. Con una tasa promedio de 3.5 niños por casa, se convierte en 108 millones de hogares.

Santa tiene alrededor de 31 horas de navidad para realizar su trabajo gracias a las diferentes zonas horarias y a la rotación de la tierra, asumiendo que viaja de este a oeste. Esto suma 967.7 visitas por segundo.

En cada casa cristiana, Santa tiene alrededor de 1/1000 (una milésima) de segundo para estacionar el trineo bajarse, entrar por la chimenea, distribuir los regalos bajo el arbolito, comer los bocadillos que le dejan, trepar de nuevo por la chimenea, subirse de nuevo al trineo y llegar a la siguiente casa.

Si asumimos con generosidad que Santa hará 108 millones de paradas en el mundo, estaríamos hablando de alrededor de 1.248 kms. entre casa y casa, o sea, un viaje total de 120.8 millones de kilómetros, sin contar descansos ni paradas al baño.

Esto significa que el trineo de Santa se mueve a una velocidad de 1,040 kilómetros por segundo, es decir 3,000 veces la velocidad del sonido. Para propósitos de comparación, el vehículo más veloz hecho por el hombre, el Ulysses Space, se mueve a una velocidad de 43.84 Km/seg y un Reno convencional puede correr (como máximo) a 24 Km por hora.

La carga del trineo añade otro elemento interesante.

Asumiendo que cada niño solo pidió un juguete de tamaño mediano como un paquete científico “Mi Alegria”(1 kg), el trineo estaría cargando más de 500,000 toneladas sin contar a Santa. En tierra un reno normal, no puede acarrear mas de 150 kgs. Aun asumiendo que el reno “volador” pudiera jalar diez veces el peso normal, el trabajo no podría ser hecho por 8 o 9 renos. 

Santa necesitaría 360,000 de ellos, lo que incrementa la carga, sin contar el peso del trineo, otras 54,000 toneladas, algo así como 7 veces el peso de un crucero.

Si se trata de 600,000 toneladas viajando a 1,040 km/seg, se crearía una resistencia al aire enorme lo que calentaría los renos de la misma forma que se calienta la cubierta de una nave espacial al ingresar a la atmósfera terrestre. Los 2 renos del frente, absorberían 14.3 quintillones de joules de energía por segundo cada uno. Por lo que se calcinarían casi instantáneamente exponiendo a los renos siguientes y creando ensordecedores “booms” sónicos. El equipo entero de renos se vaporizaría en 4.26 milésimas de segundo, o más o menos cuando Santa llegara a la casa visitada no. 5…

Si no importara todo lo anterior, el resultado de la desaceleración de 1,040 km/seg en 0.001 segundo, Santa estaría sujeto a fuerzas centrífugas de 17,500 grs. Y si Santa pesara 150 kgs (que por lo gordito y rosado, resulta un peso adecuado), se incrustaría en el frente del trineo con una fuerza de 2,315,015 Kg-fuerza, rompiendo instantáneamente sus huesos y sus órganos, reduciéndolo a una masa amorfa aguada y temblorosa.

Yo sí creo en un Turbo Santa Clos. ¿Y usted, querido lector risueño.?

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