México.- La conductora Mariazel, también conocida por su participación en el exitoso y divertido programa de Televisa “Me Caigo de Risa“, rompió en llanto tras recordar el asalto que sufrió y casi le desfigura la cara.
La también actriz acudió al espacio de entrevistas de Yordi Rosado en YouTube para charlar de su vida y su carrera profesional, y ahí contó la ocasión en la que sufrió un asalto a mano armada.
Este suceso que marcó su existencia, ocurrió cuando iba camino a colocarse extensiones en el cabello, pues en el Centro de Formación Actoral (CEFAT) de TV Azteca, donde estudió actuación, le pidieron un cambio de look y, al bajar de su auto rumbo al salón de belleza, dos hombres la interceptaron.
Me siguieron, estaba enojada con la vida y con las situaciones que estaba viviendo en ese momento y entonces me bajé del coche camino hacia el salón y antes de entrar, me interceptan dos hombres, ni siquiera pude entender qué decían, no identifiqué que era un asalto hasta que dijeron que querían las llaves, que aventé”, contó a Yordi Rosado.
A Mariazel le quitaron su mochila entre patadas y gritos, lo que molestó a los delincuentes que enseguida sacaron un arma con la que apuntaron directamente dentro de su boca.
Me jala el pelo, abro la boca, mete la pistola y la pistola se dispara (mientras trataba de quitársela), después empiezan a correr, no se llevan la mochila, ni las llaves, pero yo perfecta, no sentía nada, siento que fue como en otra vida y me empiezo a sentir rara, mareada, me toco y siento una bala”, narró.
Mostró que en su barbilla entró una bala, entró a su cara sin tocar una arteria y se alojó detrás de la oreja porque no llegó a salir y vio que tenía una cosa de metal, entonces se percató de lo que realmente pasaba.
Digo: ‘Me acaban de dar un balazo, tengo una bala dentro’, pero estaba bien, consciente, pero me empiezo a paniquear un poco”, contó y, con ayuda de gente cercana pudo hablarle a su papá, quien trabajaba en la embajada de España.
Como consecuencia del impacto de bala, su mandíbula se desprendió y partió en dos, pero gracias a su papá pudieron intervenirla especialistas con prontitud, para no dejarle tantas cicatrices en su rostro; la rehabilitación duró un año.
Para mí fue una sacudida tremenda, estaba tomando malas decisiones en ese momento, mi vida no estaba bien y eso me jaló de nuevo, me hizo poner de nuevo los pies sobre la tierra y recuperarme”, destacó.
CYPS