Me gustaría vivir en un país en dónde la justicia social sustentada en un modelo educativo orientado a “construir” ciudadanos fuera le estrategia para combatir la pobreza.

R- Guau, mi Santias, ¿tú también aspiras, como YSQ, a convertirte en Dinamarca?…

S- Para nada, mi Rufo, me gusta y amo a México, aunque cada día se parece menos al país en el que nací y crecí; aclaro que, aunque parezco de 28 años, soy modelo 1947. Yo conocí y crecí en un México dónde las películas eran en blanco y negro y la palabra de hombre valía; hoy, las películas son a color y la palabra ni en la firma de un cheque vale; lo sé, salvo honrosas y contadas excepciones.

R- Grrr, no es sano nada más cuestionar o criticar, mi Santias, también tienes que reconocer lo que hemos avanzado, hoy se da una preocupación política por los pobres, que no existía cuando tú eras niño, tan es así, que políticos y gobernantes de todos los colores y sabores impulsan programas asistenciales; pongo de ejemplo la “Tarjeta Rosa” en el EdoMéx o “Mujeres Grandeza” en Guanajuato y a nivel federal, ni que decir, las pensiones de “viejitos” han sido un éxito y un acto de justicia del que hasta tú te beneficias.

S- Nada que alegar, perro, aunque no estoy muy seguro del “avance”, por lo que me gustaría hacer unas precisiones que me parecen correctas, citando a Ann-Helén Bay, en su video: “Why is it so hard to escape poverty?” (Por qué es tan difícil escapar de la pobreza https://www.youtube.com/watch?v=D9N7QaIOkG8): En el video ella describe que una persona que vive de un subsidio, cuando se emplea y deja de recibirlo (En USA es común el seguro de desempleo), su gastos suben ya que tiene que ver quién se encargue de los hijos, pagar transporte para ir al trabajo, por lo que, para fines prácticos termina ganando menos y con menos tiempo disponible, es decir, su calidad de vida baja, por lo que vivir de la dádiva gubernamental es más cómodo y atractivo; el drama social es que este modelo se replica en las siguientes generaciones creando un círculo vicioso en dónde ser pobre, sin hacer esfuerzo, es más cómodo que tratar de salir de la pobreza trabajando; ello derivado de que el incentivo o no existe o es muy pequeño.

La autora describe como un error la estrategia internacional, que, salvo excepciones, busca estratificar y otorgar “ayudas” a los más necesitados, lo que parece un acto de justicia social; el problema es que cuando se deja el umbral de pobreza, se pierde el beneficio, lo que desincentiva el progreso o el desarrollo o peor, corrompe y fomenta la mentira, el engaño y el comercio o trabajo informal para no perder el “apoyo”, me explico, si por no trabajar recibes una ayuda de $100.00 y trabajando ganas $150.00, el beneficio de ganar $50.00 más no compensa el esfuerzo y la pérdida de tiempo (libertad), además de que con chambas informales (o robando) puedes ganar los $50.00 o más… A el error de esa política asistencialista y selectiva, hay que sumar las manipuladoras prácticas electoreras que brindan los “apoyos” en tiempos electorales con estrategias dirigidas a grupos o sectores en dónde se espera un impacto político buscando: 1.- Beneficiar a simpatizantes y garantizar su voto o 2.- Incorporar a no simpatizantes buscando mermar la base electoral del “opositor”; ambos objetivos, desde mi punto de vista son incorrectos, corruptores e inmorales… Lo que me recuerda a aquel político jalisciense que justificaba el robar, para tener recursos y evitar que electoralmente ganaran los ladrones.

Concluyo, además del error de hacerlos selectivos, el problema, de los programas asistencialistas es que se vuelven una carga para quienes trabajan que tienen que subsidiar a quienes no trabajan, lo que lleva a casos como el de Argentina, que de ser una de las naciones más ricas del planeta, hoy está en una crisis económica de gran magnitud que requiere de medidas draconianas para salir de ella; lo que, en mi opinión va a llevar a una confrontación social que traerá hambre y muerte, en lo que resuelven sus problemas. En otras palabras, no se puede cargar permanentemente a quienes trabajan, los problemas o necesidades de quienes no trabajan, porque simple y sencillamente deja de ser atractivo el trabajar y dado el incentivo de no trabajar, ese grupo, el dependiente, crecerá a niveles que económicamente serán inmanejables llevando a las economías, como en Cuba, Venezuela, Nicaragua, Argentina y próximamente en México, a la quiebra y a tener problemas económicos y sociales inmanejables…

R- Grrr, y sobre ello, tienes alguna propuesta, mi Santias?

S- Sin duda; repito, sustentar el desarrollo social, económico y humano “construyendo” ciudadanos pensantes, críticos y dignos, mediante acciones formativas, políticas públicas con sentido social y planes inteligentes sin tintes ni intereses electorales… es decir, gobernando con eficacia en función del interés colectivo y educando en concordancia con la naturaleza humana, no en función de necesidades políticas o económicas o de modelos socioeconómicos inoperantes como los que hoy tenemos… ¡Así de sencillo!

Un saludo, una reflexión.

Santiago Heyser Beltrán

Escritor y soñador

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