“Es la economía, estúpido”. Esa es la frase utilizada durante la campaña presidencial de Bill Clinton en 1992, en la que venció al entonces mandatario George HW Bush (el padre). El mensaje para los recomendados era clarísimo. Estados Unidos pasaba por una recesión, había que culpar de ello al presidente en turno y ofrecer una alternativa. Y todo quedó resumido en cuatro palabras. Pero en este 2024, todo queda resumido en una sola palabra: Trump.
El tema es Trump.
¿Estás a favor o en contra de Trump? Eso es lo que tendrán que decidir los electores estadounidenses el martes 5 de noviembre. A menos, claro, que alguno de los muchos juicios que enfrenta a Trump – tiene 91 cargos en su contra – lo inhabilita como candidato o sorprendentemente perdió la nominación de su partido en el proceso electoral que comenzó en Iowa este lunes.
Desde luego que hay otros temas en la agenda. A pesar de la reducción de la inflación, más de la mitad de los estadounidenses, según una encuesta de The New York Times, considera como “pobre” el estado de la economía. Así que los Republicanos podrían repetir la frase: “Es la economía, estúpido”. Pero la crisis en la frontera con México también es un grito de batalla para los que quieren sacar a Joe Biden de la presidencia.
Más de 300 millones de inmigrantes fueron detenidos en Estados Unidos luego de cruzar ilegalmente desde México en el pasado mes de diciembre. Esta es una cifra récord y, la verdad, es que nadie sabe cómo detener este imparable flujo migratorio. Yo he estado varias veces en esa frontera y hasta los agentes más duros se doblan cuando ven cruzar el río Bravo a una familia, con un papá o una mamá cargando a un niño en los hombros.
Ahora, claro, culpan de la crisis en la frontera a Biden. Pero algo parecido le ocurrió a Trump, a Barack Obama y a George W. Bush. Esa es una frontera porosa por naturaleza y ningún muro va a servir. Lo que quiero decir con todo esto es que la migración bien podría ser el tema central de la campaña presidencial en el 2024. No lo es.
Es Trump.
Los votantes estadounidenses tienen que decidir si quieren a Trump, con todas sus fallas, una vez más en la Casa Blanca. La elección de este 2024 no se decidirá por la economía, la migración, el aborto, el uso de armas, los seguros médicos o la ampliación de la guerra en el medio oriente. La decisión, mucho más simple, es si quieren como presidente, otra vez, a una persona que no reconoció su derrota en el 2020, que trató de cambiar el resultado de la elección, que ha sido acusada de incitar una insurrección y que muchos ven como una amenaza para la democracia.
El debate ya empezó. Los estados de Maine y Colorado están decidiendo si el nombre de Trump puede ser incluido en las boletas de votación.
“La gente de Colorado y todos los estadounidenses se merecen la claridad de saber si alguien que se involucró en una insurrección puede ser candidato para la oficina más importante del país”, le pidió la secretaria de estado de Colorado, Jena Griswold, a la Corte Suprema de Justicia, quien tendrá la última palabra. La sección 3 de la enmienda 14 de la constitución de Estados Unidos le prohíbe llegar a la presidencia -ya otros puestos- a quien se haya “involucrado en una insurrección”.
El presidente Biden y muchos más han acusado a Trump por incitar a una insurrección el 6 de enero del 2021, cuando miles de seguidores del expresidente entraron violentamente al congreso de Estados Unidos. Antes del ataque, Trump les había dicho a sus simpatizantes que marcharían al Capitolio y pelearían por su país. “Nosotros luchamos como el infierno”, dijo Trump. “Y si no luchas como el infierno, ya no vas a tener país”. Yo lo vi. Nadie me lo contó. Ese día y durante horas estuve narrando en la televisión las violentas imágenes de seguidores de Trump atacando a la policía, entrando por la fuerza al edificio y amenazando a miembros del congreso.
Por todo eso, muchos creen que Trump no debería ser candidato a la presidencia; Muy pronto la Corte Suprema decidirá. Y a pesar de todas las tensiones que genera, es obligatorio preguntarnos si alguien acusado de insurrección puede regresar a la Casa Blanca. Está en juego la democracia del país más poderoso del mundo.
No podemos evitar el tema.
En Instagram hay un vídeo del comediante Will Ferrell siendo entrevistado en la televisión por el humorista Conan O’Brien. En los hombros de Ferrell hay un perico blanco. Conan le pregunta sobre el pájaro pero Ferrell, cómicamente, le dice que pueden hablar de cualquier cosa menos del perico. Los dos acaban riéndose por lo absurdo de la situación.
Lo mismo nos pasa con Trump y sus ataques a la democracia. Es algo que está frente a nosotros y que hay que hablar abiertamente. Aunque incomodo. Y esto no es cuestión de risa.