Este pasado domingo 18 de febrero, me resurgió un orgullo mexicano que tenía adormecido debido a la indignación provocada por tantos ultrajes del presidente de México hacia nuestras instituciones, de tantos ataques a una gran parte de la ciudadanía provocando división y odio, de tanto presumir honestidad cuando sus mentiras son más que obvias. Así ha sido con este mandatario que en vez de inspirar a tener un México unido que luche contra las adversidades, sólo lanza improperios para tenerlo sometido y amedrentado. 

En esta marcha por la democracia, fue edificante sentir la grandeza mexicana, el espíritu hermano que emana de una misma causa, la razón que impulsa a la defensa de lo que ha costado tanto construir y el corazón que mueve a la acción. En un Zócalo lleno, la buena vibra por México renacía con fuerza. No importó que el gobierno de Morena hubiera puesto vallas metálicas y cerrado avenidas dificultando el acceso, la gente venció los obstáculos para estar en esa cita trascendental.  La única decepción fue ver el Zócalo que es un espacio de todas y todos los mexicanos sin la enorme bandera tricolor, símbolo patrio de nuestro país.

El Gobierno de México establece que específicamente en el Zócalo de CDMX, la Bandera Nacional de México se ice todos los días. De acuerdo con la Ley Sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, en su Artículo 16 se establece que la Bandera Nacional permanecerá izada todos los días del año, salvo en casos fortuitos o de fuerza mayor. ¿Por qué se apropia el presidente de un símbolo patrio que es de la ciudadanía? Se ha adueñado de Palacio Nacional, de la bandera, y también quiere la Constitución. ¿Cómo no protestar ante el abuso de autoridad de este mandatario? A pesar de que no ondeaba la inmensa bandera, ondeaban miles de banderas sostenidas por participantes de la marcha.

Llamó mi atención ver el esfuerzo de muchas personas mayores y algunas con discapacidades que asistieron a la marcha. Esto es porque les tocó vivir todas las luchas por la democracia a través del tiempo y valoran lo que hoy tenemos y conocen los riesgos de perderlo. El papá de una amiga, a sus 87 años, caminó desde el andén al Zócalo de ida y vuelta y comenta como se le llenó el corazón de orgullo cuando más de 700,000 mil mexicanos cantaron el Himno Nacional a todo pulmón. Este dato de la cantidad de personas se basa en una aplicación que determina el número de celulares presentes en ese espacio en un determinado tiempo que es lo que duró el meeting.

!!Síííí!! Fueron 700,000 mil voces ciudadanas gritando “narco presidente” y “fuera López”. No fue un evento de partidos.  A estas voces valientes que gritaban al unísono su inconformidad hay que sumarle la de 120 ciudades donde también se dieron marchas. Unidos en una sola voz se manifiesta la inconformidad de que el presidente intervenga en las votaciones, amenace la democracia y pretenda instaurar un autoritarismo.

 

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