El primer día del tercer año desde la invasión a gran escala de Rusia en Ucrania, el presidente Volodímir Zelenski se ha referido por primera vez al número de soldados de su país fallecidos en el conflicto. El líder ucranio ha admitido que los muertos en su bando ascienden a 31,000, sin querer aportar la cifra de heridos para no dar pistas a Moscú sobre las tropas que mantiene en el frente. Sí ha hecho público el número de bajas que, según su Gobierno, su ejército ha provocado al enemigo: 500,000, de las que 180,000 serían fallecidos. También ha admitido que Ucrania, a la defensiva tras su fallida contraofensiva y falta de munición, se encuentra “en el momento más difícil”.
La ratio de muertes por cada bando ofrecida por el presidente ucranio —cinco militares rusos por cada uno de Ucrania— es muy superior a la difundida por Estados Unidos el pasado verano, en plena contraofensiva de Kiev. También hay discrepancias en las cifras totales. Funcionarios estadounidenses aseguraron en agosto que los muertos del lado ruso alcanzaban en ese momento la cifra de 120,000, y entre 170,000 y 180,000 la de heridos. Mientras, Ucrania habría perdido 70,000 (entre 100,000 y 120,000 heridos), es decir, que los soldados caídos rusos, pese a ser muy superiores a los ucranios, ni siquiera sumaban el doble, según publicó The New York Times.
Ucrania cuenta con alrededor de 500,000 miembros en su ejército, mientras que Rusia casi triplica esa cifra, con 1,3 millones de hombres. Zelenski no ha explicado cómo su Gobierno ha contabilizado sus muertos, pero lo más probable es que se trate de defunciones confirmadas en las que se ha podido recuperar el cadáver. La oficina del Ejecutivo de Kiev que se encarga de los prisioneros de guerra aseguró el pasado 24 de enero que hay “decenas de miles” de soldados desaparecidos, según su responsable Yuri Taraniuk.
El pasado 19 de febrero, el medio independiente ruso Mediazona, en colaboración con la BBC, dio su propia estimación de muertos rusos confirmados en Ucrania, que cifró en 44,654 militares. La investigación para llegar a ese número se basó en fuentes públicas como obituarios, comentarios de familiares en redes sociales, noticias publicadas en los medios regionales e informaciones procedentes de autoridades locales. La cifra tampoco cuenta las decenas de miles de soldados cuyos cadáveres hayan podido quedar abandonados en el campo de batalla y que se consideran desaparecidos.
En cuanto a las víctimas civiles, al menos 10,582 han muerto y cerca de 20,000 han resultado heridas desde el inicio de la guerra, según los datos hechos públicos este sábado por la misión de monitorización de los Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ucrania.
El presidente ucranio, visiblemente cansado, ofreció estos datos en una conferencia de prensa tras el Fórum Ucrania 2024, un evento diseñado por Kiev para insuflar optimismo a una sociedad que empieza a mostrar signos de fatiga con un frente estancado y con su ejército en retroceso debido a la falta de munición y de rotaciones. Su segundo contribuyente financiero y de armamento tras la UE, Estados Unidos, mantiene bloqueado un paquete de ayuda de 56,000 millones de euros en la Cámara de Representantes, con una mayoría republicana favorable a Donald Trump, el más que posible candidato de ese partido a la Casa Blanca, favorito en las encuestas y cuya posición respecto a la asistencia al Gobierno de Zelenski es una incógnita.
El presidente no ha esquivado los aprietos en los que se encuentra su país. “Ahora es el momento más difícil para nuestra unidad, y si todos nos desmoronamos por fuera, y Dios no lo quiera por dentro, entonces este será el momento más débil. Aún no ha sucedido”, ha dicho. También ha subrayado la importancia crítica de los próximos meses. “El tercer año es un punto de inflexión. Un año de elecciones [en EE UU], desenfoque, todo a la vez, desafíos desde fuera, desde dentro… Creo que la forma en que termine la guerra dependerá de este año”.
“No es una cuestión de dinero, necesitamos armas”
Pese al parón del flujo financiero y militar desde Washington, Zelenski se ha mostrado optimista respecto a su llegada, pero aseguró que esta debe producirse en el plazo “de un mes”. “Tenemos que entender que no es una cuestión de dinero, necesitamos armas”, ha afirmado. “Estaremos debilitados en el campo de batalla [si la ayuda no llega]”. “Tenemos las armas que tenemos”, ha añadido. “No tenemos otra alternativa que ganar. No hay forma de perder. Y si somos fuertes en armas, venceremos”, ha sentenciado.
Zelenski ha advertido de que la situación podría empeorar todavía más. “Rusia prepara una contraofensiva para el principio del verano o hacia finales de mayo, si puede”, ha dicho restando importancia a las operaciones del invasor de los últimos días. “El asalto que iniciaron el pasado 8 de octubre no les ha dado ningún resultado”, ha proseguido. También ha asegurado que Ucrania tiene un plan para contrarrestar el gran avance que planea Moscú y del que se ha negado a facilitar los detalles para no dar pistas. “Nuestras acciones de contraofensiva del pasado otoño estaban en los despachos de Moscú antes de que empezáramos”, ha asegurado.
DMD