Roma.- El papa Francisco buscó el jueves alentar a su junta de protección infantil a seguir ayudando a las víctimas, al tiempo que nuevos acontecimientos fuera del Vaticano dejaron en claro que el escándalo de abuso sexual del clero de la Iglesia Católica no desaparecerá pronto.
Francisco se reunió con su Comisión Pontificia para la Protección de Menores, que se espera que pronto publique la primera auditoría de los procedimientos y políticas de salvaguardia en toda la Iglesia.
Pero conforme se compila ese informe, funcionarios de la Iglesia en Suiza reportaron un aumento en el número de víctimas que se presentaron desde que se publicó en septiembre un informe que encontró más de 1.000 casos de abuso desde mediados del siglo XX en un país con una población católica relativamente pequeña.
La diócesis del noroeste de Basilea, por ejemplo, indicó que más de la mitad de los 183 casos sospechosos de los últimos 13 años se registraron en los últimos seis meses. La agencia de noticias suiza SDA-Keystone publicó sobre al menos otros 70 casos en otras cuatro diócesis desde que se publicó el informe.
Más cerca de casa, un tribunal penal de Sicilia dictó un veredicto importante esta semana contra un sacerdote a quien el Vaticano aparentemente exoneró por un tecnicismo, incluso después que una de sus víctimas le escribió a Francisco rogándole que interviniera.
El caso estaba siendo seguido de cerca desde que la jerarquía católica italiana apenas recientemente comenzó a enfrentar, de mala gana, su legado de abusos en un país donde el tema todavía es, en cierto modo, un tabú.
El veredicto del tribunal de Enna condenó al sacerdote Giuseppe Rugolo a cuatro años y medio de prisión por intento de violencia sexual y cargos relacionados con la violencia contra tres menores. El tribunal también responsabilizó a su diócesis, Piazza Armerina, Sicilia, del pago de daños civiles y honorarios legales, según la sentencia del martes.
JFF