León, Guanajuato.- En la marcha del 8M, muchas madres y mujeres adultas, incluso octogenarias, participaron acompañando a sus hijas, sobrinas y nietas, cantando, levantando el puño, portando y/o gritando consignas consideradas provocadoras, como “Yo sí te creo” y “Ni una asesinada más”.

Lo hicieron por la familia de Francia Ruth Ibarra, víctima de feminicidio en diciembre de 2016 en León. Y por la de Milagros Monserrat Meza, asesinada a puñaladas el pasado 10 de agosto.

A veces la violencia institucional se contrapone a la defensa de los valores tradicionales. Una joven madre de familia, que participó en la manifestación con su mamá y llevó sus hijas -una de ellas, de tres meses de nacida-, afirma que fue despedida de una institución pública apenas regresó de su licencia de maternidad, sin razón aparente. Foto: Martha Silva.

Los restos de Francia Ruth fueron disueltos en ácido. Aunque el asesino ya está sentenciado a 60 años de prisión, la familia de la joven tuvo que esperar más de tres años para acceder a la justicia. Milagros fue asesinada el día de su cumpleaños mientras se dirigía a su trabajo, el video del hecho se hizo viral y ayudó a ubicar al presunto feminicida, actualmente vinculado a proceso.

“Estoy aquí por Francia Ruth. Yo no la conocí. Una de mis hijas era reportera y supimos de ese caso y nos conmovió mucho. No siento que -la marcha- incomode a nadie, es una manifestación pacífica, es una marcha de protesta y está bien. Hoy les tocó a ellas, no sé si mañana nos toque a nosotros, yo tengo siete hijas y como 10 nietas”, dijo Socorro Páramo Nieto.

Fue su segunda marcha del 8M. Cree que a base de insistir, algo tiene que mover en las autoridades para combatir la violencia contra las mujeres. Empezando por un cambio en la Fiscalía General del Estado.

“Si les dieran oportunidad a otras personas, a ver qué hacían, porque los mismos no hacen -nada-. Vienen y vienen gobiernos y -el fiscal Carlos- Zamarripa sigue ahí. Un cambio les vendría bien”.

Juanita Arriaga Pérez siempre ha apoyado a las mujeres y quiso festejar su cumpleaños 81 en la marcha del 8M, donde repartió abrazos. En la imagen la acompañan sus dos hijas y una participante. Angélica Zamora Arriaga (segunda, izquierda) dice que el evento “es triste y a la vez, bonito”. Foto: Martha Silva.

Y le envió un mensaje a la familia de Francia Ruth: “lo que les pasó lo siento como si fuera yo. Fue una cosa muy triste, pienso que no es justo. Algo tiene que cambiar. No sé si en los gobiernos o en las personas que hacen eso. Los hombres son machistas y se defienden entre sí. Aunque sean mis hijos, no le hace”.

Para Lupita Santacruz Ornelas también fue su segunda marcha. “Acompaño a mis primas para protestar contra la violencia a las mujeres, necesitamos sentirnos seguras, al ir al trabajo, al regresar a nuestras casas”.

Aunque agradece que ya hay apoyos para que las mujeres que denuncian salgan adelante, afirma que los violentadores siguen impunes “por falta de pruebas”.

Los varones y las “reus”

Yadira González Ramírez y su mamá marcharon sobre el bulevar López Mateos por primera vez, en sororidad con sus tres hijas y nietas adolescentes.

“Ya tienen sus ideales, se están formando como mujeres y se están dando cuenta de la problemática” de la violencia, especialmente en el caso de aquellas que están desaparecidas, dijo Yadira.

Josefina Acuña López se dijo impactada por el feminicidio de Milagros, también por los casos de violencia sexual contra las mujeres, incluso por parte de los policías, “abusan de su autoridad”, acusó. Foto: Martha Silva.

Destacó la urgencia de que las madres y los padres inculquen valores a sus hijas e hijos desde pequeños, adolescentes, de respeto a sí mismos y a los demás.

“Ahora los chavos se ven en las ‘reus’, las reuniones en casita, están bien disparatados, no podemos controlarlos pero sí aconsejarlos. Necesitamos madres de familia fuertes de mente, de alma y de espíritu para heredarles -eso mismo-”.

A las personas molestas con la marcha les pidió empatía, “son solo un par de horas”.

AM

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