“Se hizo en el 38, se rescató a la industria petrolera. Lo vamos a hacer ahora, no tengo la menor duda”.
Andrés Manuel López Obrador, 9 mayo 2019
En su “Proyecto de Nación 2018-2024” el candidato López Obrador prometió “el rescate del sector energético mexicano para que se convierta nuevamente en una palanca importante del desarrollo de México”. En repetidas ocasiones como presidente ha afirmado que está teniendo éxito en el esfuerzo.
¿Cómo lograr este rescate? El “Proyecto” detallaba: disminuyendo la “dependencia energética”, “aumentando la capacidad de producción de Pemex”, “incrementando la capacidad de refinación”, acelerando “el cambio tecnológico para la adopción de energías renovables”, trabajando “en políticas públicas para reducir el consumo de energía”, revirtiendo “el deterioro financiero y operativo” de Pemex”, poniendo “reglas claras y de rendición de cuentas” e impulsando “la investigación y el desarrollo”. Estos esfuerzos se llevarían a cabo junto con “las empresas privadas, nacionales y extranjeras, que han participado en el sector de hidrocarburos” (p. 167).
Ya en el poder el presidente ha tomado decisiones contrarias a las que prometió, lo cual ha llevado a un colapso del rescate. Ayer declaró que no debemos “guiarnos solo por la opinión de los mercaderes o financieros”. Supongo que esto es un velado reconocimiento del fracaso del rescate. El director de la empresa, el ingeniero agrónomo Octavio Romero, añadió: “Es un mito decir que Pemex es un barril sin fondo”.
En realidad, la producción de crudo ha venido cayendo desde 2004, cuando se alcanzó un récord de 3.4 millones de barriles diarios. En 2018 la empresa produjo 1.8 millones. AMLO prometió subir la cifra a 2.2 millones al terminar su sexenio, pero cayó a 1.6 millones en 2023. Esto ocurrió a pesar de que, como explicó AMLO el 16 de marzo de 2023, Pemex dejó de invertir en aguas profundas: “Decidimos orientar toda la inversión en el sureste para extraer petróleo en tierra y aguas someras”.
Era más fácil y barato explotar las reservas más accesibles que desarrollar nuevos yacimientos en aguas profundas. Una de las consecuencias es que las reservas probadas han bajado de 5,806.5 millones de barriles en 2018 a 5,636.5 millones en 2023, apenas para 10 años.
La producción de gas natural ha crecido, pero no lo suficiente: de 4,802 millones de pies cúbicos diarios (mmpcd) en 2018 a 4,967 en 2023. Por el aumento de la demanda, las importaciones desde Estados Unidos subieron de 4,626 mmpcd en 2018 a 6,181 en 2023. Subió la “dependencia”. En refinación, el plan de negocios proponía elevar la producción de 643 mil barriles diarios en 2018 a 1.2 millones en 2023 (la capacidad total del Sistema Nacional de Refinación es de 1.64 millones de barriles diarios). En 2023, sin embargo, solo se alcanzaron 792 mil barriles. y a un costo muy elevado. Entre 2019 y 2023 las pérdidas de Pemex Transformación Industrial han sumado 791,477 millones de pesos.
Lejos de rescatar a Pemex, la situación de la empresa se ha deteriorado. No solo está aportando menos al erario, sino que ha perdido 875,997 millones de pesos en este sexenio. No está en camino de convertirse en una “palanca de desarrollo”. Al contrario, el gobierno le está inyectando dinero para evitar su bancarrota, mientras que otras petroleras del mundo están teniendo buenos rendimientos.
El exrector de la UNAM y exsecretario de energía Francisco Barnés de Castro lamentaba este 5 de marzo en una presentación ante la Academia de Ingeniería: “Pemex dejó de ser el caballo brioso que impulsaba la carreta de la economía nacional y se ha convertido en un paquidermo artrítico que amenaza con estancarla”. Sí, el rescate ha fracasado.
Desaparecidos
Están desapareciendo a los desaparecidos. La secretaria de gobernación, Luisa María Alcalde, afirma que de 110,964 el 22 de agosto de 2023 la cifra ha bajado a 99,729. La buscadora Ceci Flores se presentó ayer en Palacio Nacional y ofreció, con sorna, entregar su pala a AMLO: “Tome el mando, presidente, hágase cargo de los desaparecidos”.
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