El 21 de marzo se conmemora el Día Mundial del Síndrome de Down, con el objetivo de crear conciencia en la sociedad acerca del valor que tienen las personas con esta condición y que gozaran de los mismos derechos y privilegios que cualquier persona.
Eso lo tiene bien entendido la comunidad educativa de Corazón Down, quienes se esmeran por brindar a sus alumnos su derecho a la igualdad y oportunidades para que se incorporen a la vida social desempeñando múltiples actividades.
Rosa Paulina Oliva Pérez, directora general y académica de Corazón Down, comentó que actualmente atienden a 85 alumnos, desde los 40 días de nacidos hasta los adultos mayores.
“Conforme el niño madura cognitivamente y motrizmente se integra a un grupo de maternal para que trabaje su vida independiente en control de esfínteres y tronco, las terapeutas del área psicopedagógica hacen un diagnóstico y lo asignan a un grupo con una currícula adecuada”.
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Agregó que desde pequeños les da estimulación temprana, paulatinamente los incorporan a terapias de lenguaje, rehabilitación física y los preparan para la vida independiente en grupo.
También se les prepara en disciplina, autonomía, respeto hacia el material, a su persona y compañerismo, poco a poco pasan a preescolar, primaria y secundaria abierta en la que trabajamos con el programa de INAEBA”.
Oliva Pérez destacó que se les brinda un aprendizaje bicultural en el que se les enseña taekwondo, natación, baile, teatro, expresión corporal, danza contemporánea y taller de repostería, al que entran siempre y cuando tengan disciplina, autocontrol e independencia.
“Los alumnos llevan la materia de modelaje que les ha permitido participar como edecanes en eventos como Sapica y perciben un incentivo, se les buscan oportunidades como las que tiene cualquier chico regular, ya que desde que nacen pertenecen y no se debería estar luchando por la inclusió, ellos saben que tienen Síndrome de Down y han logrado mucho gracias a los padres de familia”, comentó la directora.
Aparte de Sapica los alumnos han participado como modelos de alguna marca, en encuentros de arte estatal e internacional.
Nosotros damos herramientas a los chicos, los preparamos para la vida, pero no solo es trabajo de la escuela, también de los papás y la sociedad, es un triángulo: terapeuta, familia y sociedad”.
Oliva Pérez invita a las personas que tienen a un niño con Síndrome de Down a acercarse a alguna institución en donde sus hijos se puedan desarrollar.
“Hemos luchado mucho por la inclusión, por la igualdad, para que no los vean limitados y nos extiendan los espacios labores, buscamos espacios dignos de ellos, como los que cualquier persona ordinaria tiene, los enseñamos a defender sus derechos y a que sea su propia voz la que sea escuchada”, concluyó.