El padre Tomás Roque Cruz, párroco de la basílica Santa María de Guadalupe La Villita, pidió la colaboración de la feligresía para retirar las pintas feministas en la fachada de ese templo, lo que se logró el año pasado.
Sin embargo, en la marcha del reciente 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, nuevamente se usaron pinturas en spray para colocar leyendas en las paredes de esa iglesia ubicada en la avenida Juárez de Pachuca, comentó el cronista de Centro Histórico, Luis Corrales Vivar.
MENSAJES
Opinó que no se critican las protestas sino “los mensajes de odio” contra el género masculino que se plasman en Iglesias y monumentos históricos.
SACERDOTE CONVALECIENTE
El cronista comentó que actualmente el sacerdote Tomás Roque se encuentra convaleciente de una operación quirúrgica e ignora cuándo podría rehabilitarse nuevamente la fachada de La Villita.
DEMANDAS LEGÍTIMAS
Expresó que son legítimas las demandas de las mujeres que quieren un alto a la violencia de género.
Pero no se puede pedir que pare la violencia incitando al odio, según su punto de vista.
LEYENDAS EN ESPACIOS PÚBLICOS
Dijo que otros espacios públicos fueron pintados durante la marcha en Pachuca y que es lamentable que las autoridades municipales y estatales no se ocupan de retirarlas.
EN EL VIADUCTO
El cronista observó que desde hace varios años permanecen pintas en las paredes del viaducto Nuevo Hidalgo algunas con lenguaje impropio para menores.
MONUMENTOS CON PINTAS
Luis Corrales mencionó que la anterior marcha del 8 de marzo también fue afectado el monumento a la Revolución de Pachuca construido en el gobierno de Quintín Rueda Villagrán lo mismo que la glorieta de los Insurgentes.