“El viajero ve lo que ve, el turista ve lo que ha venido a ver”.
G.K. Chesterton
Lo primero que aprendí en este rápido viaje es que no es lo mismo Punta Mita que Punta de Mita. La primera es la marca registrada de un desarrollo turístico de 748 hectáreas en una pequeña península de Bahía de Banderas con residencias y hoteles de lujo, así como dos campos de golf de Jack Nicklaus Signature. Punta de Mita es el pueblo vecino, donde viven muchos de los trabajadores y empleados que laboran en el desarrollo, y que ha venido adquiriendo vida propia
No entiendo cómo, en tantos años de viajar por México, no había conocido este rincón. Los paisajes y playas son similares a los de Puerto Vallarta, a una hora de distancia en automóvil, pero con un desarrollo distintivo.
La historia del lugar es similar a la de otros centros turísticos “planificados”. Las tierras en régimen ejidal de una aldea de pescadores fueron expropiadas en los años setenta, a través del Fideicomiso Bahía de Banderas, con el propósito de construir un desarrollo turístico. Algunas se vendieron o concesionaron a desarrolladores privados; otras, permanecen en manos del fideicomiso, aunque el control ha sido trasladado del gobierno federal al estatal.
Las expropiaciones fueron producto del pecado original de un régimen ejidal del que se enorgullece el gobierno mexicano, pero que ha condenado a la pobreza a millones de ejidatarios. Es muy difícil comprar o vender tierras ejidales y esto hace extraordinariamente complicado su desarrollo. Nadie quiere invertir en terrenos sobre los que no tiene derechos de propiedad. Las expropiaciones, y posteriores cesiones a empresas privadas, fueron la manera de promover inversiones importantes, como las de Cancún y Huatulco. Esto ha permitido el desarrollo de lugares como Punta Mita, aunque ha producido acusaciones de abusos y corrupción. También queda claro que los campos de golf pueden generar un turismo de alto nivel. Solo Nayarit cuenta con nueve, dos en Punta Mita y otro, el Higuera, al lado. Con el cierre del de Huatulco, Oaxaca ya no tiene ninguno.
Punta Mita ha alcanzado notoriedad porque atrae a multimillonarios de la costa oeste de Estados Unidos, quienes acuden a los elegantes hoteles o compran o alquilan casas en el exclusivo desarrollo. Numerosas personalidades del espectáculo, como Lady Gaga, Justin Bieber, Jennifer Aniston, Eva Longoria y las Kardashian, han dado al destino un toque especial. La popularidad del lugar ha permitido el surgimiento fuera del complejo de un sinnúmero de pequeños negocios cuyas actividades giran en torno al turismo. No todo es de lujo. A lo largo de la costa hay hoteles de todos los precios. Las playas atraen a entusiastas del surfing, aunque entre los surfistas puede uno encontrar a hippies de restringido presupuesto o a prósperos ejecutivos de pelo largo de las industrias del show business de Los Ángeles o de la tecnología de San Francisco.
La actividad turística ha generado empleos para miles en Punta de Mita o en comunidades cercanas como Sayulita o San Pancho. El turismo de lujo produce también fenómenos curiosos. Los taxis, por ejemplo, son Suburban, que cobran 600 pesos o más por trayectos cortos, a pesar de que hay servicio de Uber mucho más barato. Además de los costosos restaurantes de Punta Mita, en los alrededores han proliferado excelentes lugares de comida que, aunque no baratos, son accesibles para un periodista chilango de clase media.
Punta Mita y Punta de Mita son historias de éxito. Han generado prosperidad en una zona que, de otra forma, habría quedado sumida en la pobreza. Los habitantes originales, sin embargo, se habrían beneficiado más si hubieran tenido propiedades privadas, y no los ejidos expropiados por Luis Echeverría.
Venezolanos
No, no fue fake news. Realmente el gobierno pretende regalar 11 mil pesos a cada migrante venezolano que acepte ser repatriado. Durante años Venezuela financió a Cuba y a Nicaragua, y hoy, que está quebrada, está buscando quien les pague. Al parecer seremos nosotros.
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