El Gobierno mexicano permitirá que se siga utilizando el glifosato como herbicida en el campo hasta nuevo aviso, con lo que se frenó el decreto que prohibía su importación y fabricación a partir del 1 de abril.
Mediante un comunicado, las Secretarías de Economía y la de Agricultura, así como la Cofepris y otras dependencias federales, coincidieron en que no ha encontrado otro herbicida que sustituya al glifosato y que se requiere salvaguardar la seguridad agroalimentaria del País.
Las dependencias explicaron anoche que la prohibición estaba condicionada a mantener la producción agrícola, disminuir el impacto por la sustitución del herbicida y contar con alternativas agroecológicas y saludables que permitan prescindir completamente del glifosato, lo que no se ha cumplido, admitieron.
“Se determinó continuar en la búsqueda de alguna alternativa de herbicida de amplio espectro y de baja toxicidad que sustituya al glifosato y que permita mantener la productividad de quienes optan por este insumo”, indicaron las dependencias.
Organizaciones agrícolas manifestaron que incluso los agricultores desconocían la restricción al glifosato y que en el mercado no existe un producto similar en efectividad y precio.
Eraclio Rodríguez, coordinador nacional del Frente para el Rescate del Campo Mexicano, detalló que aplicar glifosato tiene un costo de cerca de 500 pesos por hectárea mientras que un mecanismo manual como la labranza costaría hasta 6 mil pesos por hectárea.
Apenas en marzo del año pasado, un mes después del decreto que anticipaba su prohibición, la Cofepris y la Secretaría de Agricultura (Sader) aseguraban la existencia de 12 alternativas al glifosato.
“Se han identificado siete bioherbicidas disponibles a nivel mundial y cinco que serán desarrollos de manufactura mexicana”, expuso en aquel entonces la Sader.
Sin embargo, ayer, a cinco días de la fecha establecida para prohibir totalmente el glifosato, el Gobierno federal informó que no se cuenta con ninguna alternativa viable.
La cantidad máxima total de glifosato para importación autorizada para el año en curso es de 4.1 millones de kilogramos de glifosato formulado y 314 mil 307 kilogramos de glifosato técnico.
En 2021, cuando se emitió la primera restricción, se autorizó importar 16 millones de kilogramos de glifosato. Desde entonces, las cantidades se han reducido en 50 por ciento, año con año.
Ayer, el Consejo Nacional Agropecuario (CNA) respaldó la decisión del Gobierno de postergar la prohibición.
“El CNA reconoce que el decreto presidencial publicado en febrero de 2023, que buscaba la sustitución del glifosato, aún no ha logrado concretar las condiciones necesarias para garantizar la producción agrícola, minimizar el impacto de la sustitución y contar con alternativas técnicas, científicas y económicamente viables”, expresó.
Caería 40% producción agrícola
La producción agrícola caería hasta 40 % por la prohibición del uso de glifosato en otros cultivos, de acuerdo con Protección de Cultivos, Ciencia y Tecnología (Proccyt).
“Estaríamos hablando de posibles caídas, ya con una prohibición total del glifosato, de entre 30 y 40 % de la producción, lo cual es muy grave”, dijo Luis Osorio, director de la agrupación.
El glifosato también se emplea en cultivos como trigo, frijol, aguacate, limón, entre otros, y no sólo en maíz, agregó.
“La prohibición (del glifosato) no ha tomado en cuenta las consecuencias que habría, al ser una de las herramientas principales para los productores pequeños y medianos repercutiría en la productividad y pondría en riesgo la viabilidad de la producción”, añadió.
Para la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos (UMFFAAC), la restricción sumará presión a los agricultores que enfrentarán este año sequías más severas y la desaparición de programas de apoyo desde el sector público.
RSV