“Tan pronto como los hombres saben que pueden matar sin miedo al castigo o culpa, matan”.
Simone Weil
Gisela Gaytán, candidata de Morena a la alcaldía de Celaya, Guanajuato, fue asesinada este 1 de abril en la localidad de San Miguel Octopan. La política, que militó en el PRI hasta 2018, fue victimada en medio de un grupo de sus simpatizantes. Unas horas antes había tenido un acto de campaña en el que subrayó la necesidad de combatir la violencia del municipio y el estado: “En Celaya, nos han arrebatado la paz”, declaró. En una conferencia de prensa dijo que había pedido seguridad y que estaba en espera de que se le asignara. El ataque contra Gaytán dejó varios heridos; Adrián Guerrero, candidato a primer regidor de Celaya, dado por muerto en la mañanera, huyó por temor a ser ultimado.
Ricardo Sheffield, candidato perdedor a gobernador de Guanajuato en 2018 y a alcalde de León en 2021, ahora postulado por Morena al Senado, declaró en X: “Estoy muy triste y consternado, pero también muy preocupado por el estado fallido en el que vivimos. Responsabilizo [al gobernador panista Diego Sinhue] de este asesinato, porque la primera obligación de un gobernador es garantizar la seguridad de sus gobernados“. Alma Alcaraz, candidata de la 4t a gobernadora, afirmó: “De ninguna manera pueden continuar en el cargo quienes tienen las manos manchadas de sangre“.
Ni Sheffield ni Alcaraz han responsabilizado a la gobernadora de Guerrero, la morenista Evelyn Salgado, por el asesinato de Tomás Morales, aspirante a la candidatura de Morena a la alcaldía de Chilapa; ni al gobernador de Puebla, el morenista Sergio Salomón, por el homicidio de Jaime González Pérez, candidato de Morena a la presidencia de Acatzingo; ni al gobernador de Oaxaca, el morenista Salomón Jara, por la muerte de Joaquín Martínez, alcalde de Chahuites. Habría que recordar en este momento las palabras de Omar García Harfuch, exsecretario de seguridad de la Ciudad de México y hoy candidato al Senado: “El tema de la seguridad no se debe politizar”.
Estamos presenciando una campaña violenta, pero no es la primera. En 2021, comicios intermedios, se registraron 239 casos de violencia política con 179 víctimas mortales (Integralia Consultores). En el actual proceso, Laboratorio Electoral reportaba ayer, con datos hasta el 29 de marzo, “156 agresiones a aspirantes y personas relacionadas con el proceso electoral. De estos, 50 fueron asesinatos, de los que 26 eran aspirantes, además de nueve secuestros, 22 atentados y 75 amenazas”. Rosa Icela Rodríguez, la secretaria de seguridad ciudadana, ofreció ayer cifras más modestas de homicidios: dos candidatos registrados ante OPLES, cinco con registro oficial ante partidos y ocho de aspirantes sin registro oficial, para un total de 15.
La violencia política es solo una parte de la violencia que afecta a la sociedad. En este sexenio se ha rebasado ya a la cifra de 180 mil homicidios, lo cual lo hace el más violento en la historia, a pesar de que ha habido una disminución en los últimos años. El presidente López Obrador se molesta, pero no con la violencia, sino con la cobertura de los medios: “Nunca, nunca en la historia habíamos escuchado o visto en la televisión o leído en los periódicos tanta nota roja“, dijo el 1 de abril. La afirmación es falsa. La cobertura de la violencia ha estado siempre presente, aunque los gobiernos con frecuencia han tratado de acallarla.
Los ataques a personajes políticos, al igual que los de periodistas, tienen consecuencias que van más allá de la violencia habitual, porque inciden sobre la vida pública. Uno de los mayores riesgos de la violencia política es que tengamos cada vez más municipios gobernados por criminales, y sin periodistas independientes que informen sobre cómo gobiernan.
Locales
AMLO cuestionó ayer al gobernador de Guanajuato Diego Sinhue, quien “gobierna, pero no manda” en Guanajuato. La secretaria de seguridad ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, afirmó que el Organismo Público Local Electoral de Guanajuato fue el responsable de no ordenar la protección de la candidata.
www.sergiosarmiento.com