Durante varios días, una densa y apestosa niebla ha cubierto Celaya y varias de sus comunidades. La cantidad de partículas venenosas en el aire que aspiramos ha causado un aumento en las infecciones oculares, enfermedades estomacales y de garganta tanto en adultos como en niños. Afortunadamente, los accidentes automovilísticos han sido mínimos en cuanto a pérdidas humanas, pero la densa niebla ha sido la causa de algunos incidentes en las carreteras. 

El incendio masivo en el basurero, propiedad del vecino Apaseo el Grande, es un ecocidio al que miles de habitantes nos enfrentamos con frecuencia, no solo en Celaya, sino en todo el estado a lo largo de los años. 

Estos incendios en los basureros son provocados intencionalmente, ya que ocurren con alarmante frecuencia. Basta recordar los más de cuarenta incendios ocurridos en 2022 en Celaya y San Miguel de Allende, así como los más de diez incendios en 2020, que tardaron más de cuatro días en ser controlados en ciudades vecinas como Irapuato, León, Pénjamo, Salvatierra, Moroleón y la capital, Guanajuato. También hubo incendios en la Purísima y varias ciudades más en 2021. 

¿Cuál es la causa? Los expertos indican que estos incendios se deben a la falta de cumplimiento de las normativas de seguridad y los lineamientos básicos. Cuando los basureros están llenos o al límite, parece que la solución más sencilla es incendiarlos. La topografía plana de Celaya agrava esta situación, ya que los vientos pueden llevar el humo sin impedimentos. Las autoridades parecen ignorar la problemática una vez más, desviando la mirada o mostrando una actitud indiferente voltean su rostro con cara de ”yonofui”.  Mas los expertos aseguran que estos incendios pueden ser controlados y prevenidos. ¿Qué se necesita? Voluntad, líderes capacitados en el tema como directivos y una inversión adecuada que no se desvíe hacia los bolsillos equivocados, sino hacia acciones preventivas. ¿Hasta cuándo seremos conscientes de la importancia de cuidar nuestro estado de manera honesta? 

Estimado lector, estoy convencida de que este no es un tema partidista ni político, sino un asunto de voluntad y participación ciudadana. La época en la que los ciudadanos solo se preocupaban por sus propios asuntos ha quedado atrás. Si queremos vivir de manera diferente, debemos comprometernos y actuar con determinación. 

¿Quieres una ciudad hermosa? Entonces, empieza por cuidar tu entorno: mantén limpio el frente de tu casa, no arrojes basura desde tu vehículo, evita incendiar lotes baldíos; no te hagas el emplumado y deja de apestar la ciudad con tu empresa o de enfermarla con el cemento que expandes por las madrugadas, tus acciones definitivamente no contribuyen a mantener la ciudad limpia y saludable. 

¿Crees sinceramente que el daño solo afecta a los demás? Querido amigo, el daño también te afecta a ti y a tus seres queridos, porque esta tierra que contaminas y maltratas es tan tuya como mía. Dicen que escribir con enfado enmaraña las palabras, pero yo siento que limpian mi alma, por eso desde mi deber ciudadano, vuelvo a decir ¡basta! Esta tierra es nuestra, y debemos protegerla. No hay más tiempo que perder. 

P.D. Sigo recibiendo donaciones de libros infantiles para este próximo 28 de abril, ayúdame a incentivar con la buena lectura la mente de nuestros chiquitines.

 

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