¿QUIÉN ganó anoche el debate presidencial? La politiquería que aleja a la ciudadanía de los asuntos públicos. ¿Quién fue el protagonista? El uso de los “otros datos”, las verdades a medias y las mentiras completas. ¿Quién sorprendió? El INE por un formato que no permitió el verdadero debate, pues no sólo no hubo propuestas ni contrapropuestas, sino que ni siquiera se vio un intercambio real de posturas entre las y el candidato. Golpes por aquí y por allá, pero nada como para decidir el voto por alguien.
FUE EVIDENTE que Claudia Sheinbaum estuvo ensayando cómo mantenerse en su papel de puntera y no caer en las provocaciones. No le apostó al carisma, ni a las grandes propuestas: muy disciplinada, se ciñó al guion que tenía establecido. Y de ahí no se movió.
EL EMECISTA Jorge Álvarez Máynez dijo “¡fuera máscaras!” y tomó su lugar en el escenario como aliado de la 4T. Fue el encargado de atacar a Xóchitl Gálvez. Y si bien criticó en algunos momentos a Morena y al gobierno federal, fue muuuy cuidadoso de no tocar a Sheinbaum ni con el pétalo de un cuestionamiento.
DEL OTRO LADO, Xóchitl Gálvez quedó atrapada entre tres fuegos: el de Claudia, el de Máynez y el de sus propios nervios al inicio. Logró recomponerse para la segunda hora… cuando ya el debate se había descarrilado convirtiéndose en un ejercicio poco útil -e interesante- para el electorado.
PORQUE si alguien esperaba definir anoche su voto, es muy probable que se haya quedado con más dudas que certezas.
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BUENO, ¿y ahora qué sigue en la relación con Ecuador? Luego del ilegal allanamiento de la embajada en Quito, el gobierno mexicano decretó el rompimiento de relaciones con aquel país.
POR AHORA el personal diplomático ya regresó a México y para los próximos días se convocó a una reunión en la Organización de Estados Americanos para “analizar” el caso.
PERO más allá de las condenas de algunos países y del llamado a la cordura de otros, no se ve que el conflicto puede avanzar para algún lado. Sobre todo porque ya se esfumó el punto central del diferendo, que era el refugio al prófugo Jorge Glas. El ex vicepresidente duerme en “La Roca”, una cárcel ecuatoriana de máxima seguridad.
COMO EN los choques lamineros, habrá quien diga que cada quien se queda con su golpe y ¡adiós!, pero hay un asunto entre México y Ecuador que no puede ignorarse: el alto número de migrantes ecuatorianos que pasan por nuestro país para tratar de llegar a Estados Unidos. Se calcula que más de 50 mil personas han emprendido ese éxodo sólo en este año.
AHORA está por verse si AMLO seguirá dándoles una beca del Bienestar a todos los migrantes ecuatorianos que sean devueltos a su país.