Un debate implica una confrontación de ideas diferentes sobre un tema o temas específicos para arribar a una conclusión, la más eficiente para la mejor conveniencia de la audiencia. ¿Cuáles fueron los mejores argumentos para diseñar la mejor estrategia en aras de los intereses superiores de México, de los que dependen las elecciones del 2 de junio? ¡Sin duda los de Xóchitl!
El domingo 7 de abril asistimos a un encuentro entre 2 auténticas candidatas y un infiltrado encubierto de Morena, pero no a un debate, mediante el cual, se discutieran a fondo los temas que más preocupan a la sociedad. Si bien es cierto que el formato provinciano impidió la articulación de una verdadera polémica que enriqueciera política y electoralmente a millones de televidentes, también lo es que Xóchitl invitó al proceso de modernización de México, el necesario para generar esperanza, habló de alta tecnología, de la inteligencia artificial, de la era digital, en tanto Claudia redujo su participación a exponer resultados cuestionables a lo largo de su gestión al frente de la ciudad.
Me sorprende que la catarata de argumentos vertidos por Xóchitl, no se hayan traducido en un apoyo masivo a su candidatura como cuando cuestionó el historial de Sheinbaum como alcaldesa y criticó las políticas de su partido. No caló en la audiencia cuando adujo que “en 2018, millones de mexicanos votaron por el cambio con esperanza, pero la verdad es que no sucedió”, al igual que tampoco impactó cuando sentenció que “Claudia Sheinbaum ofrece continuar con los abrazos a los delincuentes.” Xóchitl ofreció “construir un México donde podamos terminar con la violencia, pero sobre todo apostarle a la salud y a la educación.” Las palabras y las evidencias parecieron carecer de peso.
¿Cuál reducción de feminicidios, ratificó Xóchitl cuando “la Ciudad de México es donde más mujeres desaparecen en México?” Tampoco cimbró al público, por lo visto, el siguiente cuestionamiento: “Yo te pregunto, Claudia, contéstale a los mexicanos: con las evidencias que hay de la corrupción de los hijos del presidente, ¿los investigarías a ellos, a sus primos y amigos de contratos millonarios?” “Hoy la corrupción está peor que nunca” y para evitarla propuso “evitar las asignaciones directas y contar con un Fiscal general verdaderamente autónomo” y volver a integrar “el Instituto de la Transparencia”, entre otros objetivos. Xóchitl le enrostró a Sheinbaum que “durante la pandemia trataran a las personas como animales de laboratorio.” El accidente de “la línea 12 fue por falta de mantenimiento y fue tu responsabilidad, aunque lo niegues.” “Eres una mujer fría y sin corazón, eso te define.”
El alud continuó cuando Xóchitl reiteró que “50 millones hoy no tienen acceso a servicios de salud”, que Sheinbaum, a la que llamó “Dama de Hielo”, por “no haber hecho nada ante manifestaciones de los padres de niños con cáncer.” Xóchitl “garantizará el acceso a medicamentos, con la tarjeta Mi Salud a un precio ético, así como la atención de enfermedades y tratamientos. Recriminó el hecho de que “hubo mexicanos que murieron por falta de medicamentos”, algo que calificó como “inhumano”. Que la seguridad pública iba a ser una prioridad, que ella va a ser “una presidenta valiente, que ninguna información será reservada,” que el plan C, es el “plan corrupción” y que el gobierno de López Obrador no cumplió la promesa de “barrer las escaleras de arriba para abajo”.
Xóchitl propuso “retomar las escuelas de tiempo completo, las estancias infantiles, así como la entrega de una tableta con internet”, además de “una beca universal para niños de preescolar hasta preparatoria en instituciones públicas y privadas.” Prometió “recuperar el Seguro Popular, los refugios para las mujeres golpeadas, así como lanzar una credencial con la que todos los mexicanos tendrán acceso a tratamientos y medicinas.”
La exposición de evidencias en el encuentro, ¿cuál debate?, ¿no fue suficiente? ¿Qué sigue? ¿Esperar la opinión de las encuestadoras cuando la mayoría fueron sobornadas por el gobierno, al igual que aconteció con múltiples periódicos, estaciones de radio y de televisión, sin olvidar a los millones de mexicanos chantajeados a cambio de su voto con recursos del erario? El continuismo es el camino a la dictadura, al gobierno de un solo hombre. ¿No aprendimos de la historia?