La iniciativa de ley presentada por los morenistas para apropiarse de las Afores “inactivas” constituye un despojo inaceptable. Pretenden que el siguiente Gobierno -que en su mente dan por hecho que será morenista- fondee lo que le falta para cumplir sus obligaciones de jubilación con fondos para el retiro que hoy maneja la Banca privada bajo lineamientos estrictos que cuidan el rendimiento de los ahorradores.
Estos dineros en manos del Gobierno acabarán siendo utilizados para invertir en lo que les venga en gana; podrían incluso decidir que es una “gran inversión” poner el dinero “inactivo” en las Afores de los asalariados -o que pasados los 70 años siguen trabajando, o que murieron y los deudos no supieron retirar los fondos- a trabajar en la Refinería de Dos Bocas. O en el Tren Maya o en la nueva aerolínea de la Sedena.
Hablamos de cuarenta mil millones de pesos, a estimación del propio Emperador Lopezuma. Una vez en manos del Gobierno, quedarán a disposición de la 4T y ésta hará con ese dinero lo que le pegue la gana. Vaya, estarán estatizando los ahorros públicos de esos trabajadores.
De aprobarse esta medida, el fondo de retiro hoy en manos de administradores profesionales que compiten entre sí para ofrecer los mejores rendimientos, pasará a manos del Gobierno… ni siquiera a nombre del que fuese titular de la cuenta. Con el sistema actual hay candados que protegen la inversión de los ahorradores; en manos del Gobierno no habrá candado alguno, sólo el capricho del gobernante en turno.
A escasos minutos de que Ignacio Mier, coordinador de la bancada morenista, presentara la iniciativa, junto con Ivonne Cisneros, la candidata del Emperador Lopezuma salió a apoyarla, afirmando que “nada les pasará” a las Afores. ¿Quizá porque quedarse con las Afores es el siguiente paso?
Afirmó el jueves el Tlatoani que los 40 mil millones inactivos solo los “sudan” los bancos que los tienen, insinuando que hay un aprovechamiento indebido, lo cual es falso. El empleo despectivo de este término indica que su meta real es quedarse con todo.
La iniciativa, obviamente, parte del Tlatoani Tabasqueño, quien tiene tiempo de andar tras las Afores. Si no les alcanza ni para los propios jubilados de la burocracia, ni el ISSSTE ni el IMSS cuentan con los recursos para cuidar a sus propios jubilados, ¡menos lo harán con los recursos “inactivos”! La intención es clara: apropiarse del dinero “inactivo” hoy en manos de la Banca comercial, lo cual equivale a decir que les robarán su dinero a los trabajadores -o sus familias- que no lo han retirado por equis causa.
Por supuesto que para justificar el despojo invocarán un supuesto “beneficio” para los jubilados, siendo que este agandalle no beneficia a nadie más que a la burocracia de la 4T. En manos de ellos el fondo del retiro “del Bienestar” no se invertirá bien, como está hoy, se gastará en puros caprichos onerosos e insalvables, económicamente hablando.
Esta iniciativa aparece justo cuando el Gobierno corre con un déficit fiscal enorme con vistas a que del 2025 en adelante no haya forma en la que pueda seguir gastando sin incrementar sus ingresos. De ahí la necesidad de apropiarse de lo ajeno, y hacer del Gobierno los dineros que les pertenecen a quienes aportaron para su fondo de retiro, a ellos o sus familias.
Para que se den una idea del tamaño de “botín” al que le están echando el ojo los de la 4T, tomen en cuenta que las diez administradoras de Afores en el País manejan unos 6.02 billones (millones de millones) de pesos, lo cual equivale al 20 por ciento del PIB. Y están creciendo tan rápido que Hacienda estima que para el 2030 las Afores representarán el 35-40 por ciento del PIB nacional. ¡Este montón de dinero privado es el que se quiere apropiar la 4T a partir de la propuesta de ley que acaba de presentar Ignacio Mier!
Da igual cuál sea el pretexto: el futuro económico de los jubilados del sector privado no puede ni debe quedar en manos de la burocracia de la 4T. Ello resultaría desastroso no sólo para los jubilados, sino para el País.