Me lo dijo mi papá cuando comencé a ser un enfermo del beisbol: “el pitcheo lo es todo”. Vaya que estaba en lo cierto.
Cerca de cumplirse el primer mes de temporada regular, los Dodgers de Los Ángeles, uno de los principales candidatos a lograr los máximos honores de la Major League Baseball (MLB), están en un bache que preocupa. Y todo se debe, en mayor parte, a la inestabilidad de su pitcheo; si somos más específicos, a la de su bullpen.
Después de 23 juegos, Dave Roberts, quien dirige a los Dodgers desde el 2016 y tiene un récord de 765 victorias y 454 derrotas en ocho años como mánager, bien puede estar sacado de quicio con los 12 triunfos y los 11 descalabros que registra en 2024.
En efectividad, son el lugar número 21 de 30 en todas las Grandes Ligas con 4.30. Han permitido 173 hits (6to) y 108 carreras (5to), además de 27 jonrones (3ero) y 80 bases por bola (6to).
Estas estadísticas se magnifican cuando pertenecen a Los Ángeles, un equipo que ganó 10 títulos divisionales en las últimas 11 temporadas y, de acuerdo a una recopilación de Enrique Rojas de ESPN, gastaron más de 1 mil millones de dólares con las contrataciones de Shohei Ohtani (700 millones), Yoshinobu Yamamoto (325 millones), Tyler Glasnow (136.5 millones), Teoscar Hernández (23.5 millones por un año) y la renovación (casi de por vida) de Will Smith por 140 millones.
Dentro de esta columna, tomemos los números de la novena angelina que se registraron del domingo 14 al sábado 20 de abril. Y es que, en este lapso, su récord es de 1-5 en seis juegos.
El domingo, en el último duelo de la serie ante los Padres de San Diego, el pitcheo fue desastroso. Todo comenzó con una horrorosa apertura de James Paxton, quien permitió tres hits y misma cantidad de carreras. Sin embargo, lo que encendió las alarmas fueron las ocho bases por bolas en un espacio de cinco entradas.
La tónica, que no gusta en lo absoluto a una de las organizaciones de beisbol más populares del mundo, siguió con Brasier (1 base por bolas), Feyereisen (2 bases por bola), Vesia (2 bases por bola) y Ramírez (1 base por bolas).
Con esas 14 bases por bola en nueve entradas, Dodgers hizo historia para mal, pues fue la mayor cantidad de pasaportes entregados desde junio de 1962, cuando obsequiaron 16 a los Mets de Nueva York.
Eso, claro está, disgusta y demasiado.
Un día después, el lunes 15, Glasnow condenó las esperanzas de su equipo con una ruta legal de cinco innings, donde permitió ocho hits, seis carreras, dos bases por bola y cinco ponches. Su efectividad, de 3.72, colaboró a la derrota de 6 a 4 frente a los Nacionales de Washington, quienes no pudieron contra el bullpen azulino que tuvo representación en Nick Ramírez y Ricky Vanasco.
El martes 16, las cosas cambiaron un poco… pero, solo un poco.
Sabemos que la ofensiva de los Dodgers es una de las más poderosas de Las Mayores. Le pegaron nueve hits, cinco carreras y negociaron cuatro bases por bola a Patrick Corbin, quien sumó su tercer descalabro del año al caer 2 a 6.
En el caso de los lanzadores, Roberts usó cuatro: Hurt, Yarbrough, Kelly y Hudson, siendo Hurt (3) y Yarbrough (2) quienes recibieron más hits, pero fue Ryan el más perjudicado con dos carreras.
El miércoles 17, regresó la tónica que agobia a los Dodgers en los últimos juegos.
Landon Knack abrió el último partido ante Nacionales y fue maniatado con cuatro hits, dos carreras, una base por bolas y un jonrón en un espacio de cinco rollos.
Vesia y Grove salieron desde el bullpen y limitaron a la ofensiva contraria, pero no fue suficiente para una propia que no despertó y terminó por caer 2 a 0.
Después de un día de descanso, Roberts y compañía regresaron el viernes 19 de abril para abrir otra serie en casa ante los Mets de Nueva York.
Yamamoto, quien fue la sensación en sus primeras aperturas, decepcionó en la derrota de 9 a 4. Recibió siete hits y cuatro carreras, además de negociar una base por bola y ponchar a nueve enemigos en un espacio de 6.0 innings.
Hudson siguió la tónica (1H, 2R), Kelly la reforzó (3H, 2R) y Vesia la culminó (3H, 1R). Otra noche desastrosa de los Dodgers frente a su gente.
Ahora, el sábado 20, las cosas se salieron todavía más de control.
Frustrado y, hasta cierto punto, desesperado, Dave Roberts usó ocho lanzadores. Gavin Stone, de 25 años, no funcionó en el primer tercio del juego y solo lanzó 3.1 innings, donde recibió cuatro hits, admitió dos carreras, regaló cinco bases por bola y recetó solo un ponche.
Grove, Yarbrough, Brasier, Kelly, Vesia, Phillips y Ramírez no dieron el ancho. La ofensiva, que es el recurso más salvable de Dodgers, tampoco respondió y llegaron a tres derrotas consecutivas.
Eso sí, la ofensiva no puede depender solo de Shohei Ohtani (.359 AVG), Freddie Freeman (.274 AVG) y Mookie Betts (.356 AVG), siendo este último uno de los más productivos y regulares con un juego de 5-5 en esta semana, además de que, de acuerdo con ESPN, tiene más jonrones (6) que swings fallidos en zona de strike (4). Se necesita un juego en equipo.
La muestra clara está en la siguiente estadística:
- En los seis juegos que estamos analizando, Dodgers han tenido 55 oportunidades con corredores en circulación, pero solo han bateado para bien en 11 ocasiones; es decir, que, representando en forma beisbolera, están así: De 55-11, lo cual representa, apenas, un 20%.
¿Qué está pasando con los Dodgers de Los Ángeles?
Están sufriendo la crueldad del beisbol. No se encuentran y da la sensación de que, quizás, la temporada baja no fue tan buena como se pintaba.
Claro está que, al ser los Dodgers, todo se magnifica y, cuando no salen las cosas, las críticas serán arduas, contundentes y, hasta cierto punto, exageradas. Sin embargo, no hay espacio para excusas. Los Dodgers, son los Dodgers.
El comentario
Erick Aguirre, Periodista Deportivo y titular del Podcast de La Casa de los Dodgers:
“Este juego se llama pitcheo y en el béisbol moderno tener un bullpen es clave para poder triunfo. Los Dodgers a pesar de invertir más de mil millones de dólares en el offseason, poco hicieron con su cuerpo de relevistas, ya que solamente trajeron de regreso a Joe Kelly y Ryan Brasier (Que curiosamente son de los peores relevos).
Andrew Friedman confió que tenía un bullpen suficiente, pero no contaba que Brusdar Graterol o Blake Treinen se lesionaran. Desde ese entonces ha sido un camino improvisado para el bullpen, desde traer a Nick Ramírez y subir a lanzadores como Dinelson Lamet, Nabil Crismatt y demás.
A pesar de tanto cambio, no han podido encontrar estabilidad. El bullpen es un claro ejemplo de la temporada: puedes hacer una inversión histórica, pero el béisbol es impredecible y los millones no te garantizan un título ni mucho menos un cuerpo de relevistas confiable”
-El Dugout Del Gabo.
*Datos hasta las 6:00 pm del sábado 20 de abril del 2024.